Los productores celebran el sello europeo IGP para el aguacate canario

Aguacates de Canarias | Foto: Consejería de Agricultura

Aguacates de Canarias | Foto: Consejería de Agricultura

Gabriela Pérez, directora gerente de Tropican, señala que es «un reconocimiento a la calidad vinculada al origen y un escudo frente a productos importados de menor coste».

El Diario Oficial de la Unión Europea acaba de publicar el Reglamento que concede al aguacate de Canarias la Indicación Geográfica Protegida (IGP), una etiqueta que reconoce oficialmente su calidad diferenciada y su vinculación territorial. Para Gabriela Pérez, directora gerente de Tropican—la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas Tropicales y Subtropicales de Canarias—, este logro es fruto de una «larga lucha» iniciada en 2021, cuando la entonces asociación Ajuacar, germen de Tropican, se propuso lograr esta certificación como objetivo estatutario.

«Ha sido un recorrido largo, con muchas fases: primero a nivel autonómico, después nacional y finalmente europeo. El expediente fue evaluado por la Comisión Europea con todos los requisitos de trazabilidad, calidad y origen», afirma Pérez. Y subraya: «Este sello no es solo un reconocimiento, es una herramienta para competir en igualdad en los mercados».

Diferenciación frente a los gigantes de América Latina

La IGP llega en un momento crucial para los productores canarios, que deben enfrentarse cada campaña a la presión de aguacates procedentes de Chile, Perú, Colombia o Costa Rica, países con estructuras de costes mucho más bajas y exportaciones masivas. «Nuestro producto compite con desventaja en precios, pero ahora podemos diferenciarnos por calidad, por origen y por sostenibilidad», dice Gabriela Pérez.

Explica que el etiquetado con la IGP aportará valor añadido al producto, sobre todo en mercados peninsulares y europeos, donde el consumidor cada vez aprecia más la trazabilidad. «Esto nos permite posicionar el aguacate canario como un producto premium, con garantías de procedencia y características propias», añade.

Control de uso y proyección internacional

Uno de los efectos más importantes del nuevo estatus legal es el control sobre la denominación. «Desde ahora, nadie podrá comercializar como ‘Aguacate de Canarias’ si no está registrado bajo la IGP», afirma Gabriela Pérez. Esto refuerza el prestigio de la marca y combate prácticas engañosas en el etiquetado. También representa un avance en términos de seguridad alimentaria y protección al consumidor.

Además, el sector ha decidido utilizar el sello no solo para exportar, sino también para el mercado interior, donde se busca sensibilizar a la población sobre el valor del producto local.

2.800 hectáreas cultivadas y un potencial en crecimiento

Según los datos más recientes del Gobierno de Canarias, el archipiélago cuenta con 2.800 hectáreas cultivadas de aguacate, con una producción estimada de 14.000 toneladas anuales. Gabriela Pérez explica que «una parte importante de esas hectáreas aún no ha entrado en producción, porque cada plantación tarda entre cuatro y cinco años en empezar a dar fruto». Esto augura un incremento progresivo del volumen comercializable en los próximos años.

Seguridad en las explotaciones y reducción de robos

Pérez también comenta una problemática recurrente en el sector: los robos en las fincas de aguacate, que afectan tanto a pequeños como grandes productores. «No hay cifras oficiales, pero sabemos que hay pérdidas», admite. No obstante, destaca que desde 2022 se ha creado una comisión de trabajo específica sobre seguridad en el campo, en coordinación con las fuerzas de seguridad del Estado y otras administraciones. «Los productores y cooperativas nos dicen que los robos han bajado, aunque es un problema difícil de erradicar por completo», añade.

Tropican: una voz unificada para el aguacate y otras frutas tropicales

La asociación Tropican, surgida de la transformación de Ajuacar, representa hoy al conjunto del sector tropical de Canarias, con el aguacate como producto estrella, pero también con presencia destacada del mango y la papaya. Pérez explica que uno de los objetivos prioritarios es lograr una mayor unidad del sector para ganar presencia institucional y mejorar las condiciones de comercialización: «El aguacate de Canarias tiene ahora un nombre protegido, un respaldo europeo y un horizonte prometedor. Lo siguiente es seguir trabajando en calidad, sostenibilidad y unión».