La navidad: un momento de alegría, pero también de estrés

Lisa Angulo, psicóloga en Hospitales Universitarios San Roque de Maspalomas, nos da las claves para afrontar estas fechas y conservar la salud mental.

Gestionar la salud mental durante las fiestas es clave para que la navidad se convierta en un momento de alegría y no en pesadilla de dificultades emocionales. Lisa Angulo, psicóloga en Hospitales Universitarios San Roque de Maspalomas, nos recuerda que la navidad puede ser un momento de gran estrés debido a las expectativas sociales y las exigencias emocionales. 

«Muchas personas pueden sentirse abrumadas por la organización de las celebraciones, la compra de regalos y la presión de cumplir con todo lo que se espera de nosotros». A este respecto, es clave ser consciente de nuestras emociones y buscar formas de manejarlas para poder disfrutar de esta época de manera sana.

Se trata, indica, de consejos generales, porque «cada persona es única y sus circunstancias también lo son». Entonces, si alguna persona siente que la Navidad le resulta especialmente difícil, es importante que busque apoyo profesional, porque los psicólogos y psicólogas «pueden ayudar a encontrar estrategias personalizadas y a manejar las situaciones y emociones de una manera más sana».

El duelo 

Asimismo, durante la navidad, los duelos se hacen especialmente difíciles, cuando las ausencias se sienten más intensamente. para Angulo, es completamente normal que la Navidad intensifique el dolor del duelo, y lo más importante es «ser amables con nosotros mismos y darnos permiso para sentir». 

Comunicar nuestras necesidades y evitar la perfección

De la misma forma, es clave recordar que no tenemos que participar en todas las actividades, «ni quedarnos más tiempo del que nos sintamos cómodos». En este contexto, indica que es fundamental comunicar nuestras necesidades a las personas cercanas para que puedan apoyarnos y entender si necesitamos un descanso o espacio adicional.

Además, las personas con tendencias perfeccionistas suelen sentirse presionadas por hacer que todo sea perfecto, desde la decoración hasta la organización de los eventos. Su consejo es establecer «expectativas realistas y procurar delegar tareas», para así aliviar la presión. No menos importante es anticipar las posibles tentaciones y establecer de antemano límites claros para sí mismos y para los demás, por ejemplo: «decidir antes cuántas copas voy a tomar, qué voy a decir cuando me ofrezcan más o si es necesario, evitar ciertos entornos».

Es crucial que quienes estén atravesando un proceso de recuperación se preparen con anticipación y establezcan límites «claros», por ejemplo, evitar conversaciones sobre el cuerpo y la comida en las celebraciones. Pueden utilizar técnicas de mindfulness como comer de manera consciente, prestando atención a los sabores y las texturas de los alimentos, sin juzgar lo que están comiendo o bien involucrarse activamente en las conversaciones y así no pensar tanto en lo que están comiendo. 

El estrés por la organización y los regalos es muy común, ya que muchas veces sentimos que debemos cumplir con expectativas sociales o familiares. Lo primero, indica Angulo, es organizarse con antelación: planificar las actividades y los gastos para no sobrecargarnos: «Los regalos no tienen que ser perfectos ni costosos; lo más valioso es el tiempo y el cariño compartido». 

Las «tensiones» familiares

Las interacciones con personas conflictivas pueden generar mucho estrés en estas fechas. En estos casos, es importante establecer límites claros, decidir activamente no involucrarnos en discusiones innecesarias y, si la situación lo requiere, «alejarnos de los conflictos».