Bodega Malpaís de Máguez sigue ganando premios, ahora con La Grieta Malvasía Seco

Bodega Malpaís de Maguez | Foto: FACEBOOK BODEGA MALPAÍS DE MAGUEZ

Bodega Malpaís de Maguez | Foto: FACEBOOK BODEGA MALPAÍS DE MAGUEZ

El propietario de la bodega, Ricardo Socas, nos cuenta cómo es el último caldo premiado con la medalla de oro en un concurso nacional.

Bodega Malpaís de Máguez ha vuelto a ser premiada en un concurso a nivel nacional por su vino La Grieta Malvasía Seco con la medalla de oro. El propietario de esta pequeña bodega ubicada en Haría, en el norte de Lanzarote, Ricardo Socas, dice que se trata de un “vino fresco por la uva malvasía del norte, a la que ayudamos con la uva de La Geria, de Tinajo, que le aportan el aroma a la del norte que es más fresca, más ácida”.

“La frescura en este vino es la acidez, su toque a manzana que hace que chisporrotee en la boca”. Esa es la línea que demanda la gente “por eso en los concursos siempre trincamos algo, o plata u oro, pues entonces es que lo estamos haciendo bien”, dice el propietario de Malpaís de Máguez, contento con este nuevo reconocimiento.

Fue el pasado 26 de junio cuando el Aula Española del Vino acogió la cuarta edición de este concurso nacional en el que participan vinos de pequeñas Denominaciones de Origen. La entrega de premios tendrá lugar en Madrid en próximas fechas con una cata en la que participarán los mejores profesionales del mundo vitivinícola a nivel nacional.

El concurso, contó con la Dirección Técnica de D. Jesús Flores Téllez, prestigioso enólogo y sumiller, Premio Nacional de Gastronomía; fundador y Director del Aula Española del Vino y profesor de cata del Curso de Sumilleres de la Cámara de Comercio de Madrid.  Sólo el Grieta Blanco Seco Malvasía Volcánica acumula en su corta vida más de 14 premios de plata y oro obtenidos en concursos internacionales como Cinve Terravinos, Premios Mezquita, Bacchus, etcétera.

Malpaís de Máguez tiene tres tipos de vino: blanco seco, tinto de barrica y su ya también famoso Tinto Submarino. Es la única bodega de la isla que parte de su producción de tinto, una edición muy limitada, la sumerge a unos 200 metros de profundidad bajo el mar “para que el producto pueda evolucionar de una nueva forma”.