José Luis Brito: «No tenemos instalaciones, pero competimos como los mejores»

Atletas del Club Atlético Princesa Teseida | Foto: CAPT

Atletas del Club Atlético Princesa Teseida | Foto: CAPT

El presidente del Club Atlético Princesa Teseida muestra su satisfacción por la Medalla de Oro de Canarias 2025 por su labor deportiva y social en El Hierro a lo largo de tres décadas.

El Club Atlético Princesa Teseida cumple 30 años en la isla de El Hierro y lo hace con el mayor reconocimiento institucional posible: la Medalla de Oro de Canarias 2025. Su presidente y fundador, José Luis Brito, recibió la llamada del presidente autonómico, Fernando Clavijo, con incredulidad. «Temblaba de la emoción», afirma. La distinción reconoce no solo los resultados deportivos, sino la capacidad de este club para construir comunidad y ofrecer una vía de desarrollo personal y colectivo desde edades tempranas.

Brito llegó a El Hierro como docente en 1993 y, a partir de la experiencia en deporte escolar, decide crear un espacio más estable de práctica y competición atlética. Desde entonces, más de 2.000 personas han formado parte del club, que hoy cuenta con 175 licencias activas y entrenamientos en los tres municipios herreños: Valverde, La Frontera y El Pinar. La filosofía, según su presidente, es clara: «No entrenamos campeones, entrenamos personas».

De la marcha a la comunidad

Aunque el club practica todas las disciplinas del atletismo, destaca especialmente por su labor en marcha atlética. En el último Campeonato de Canarias, fueron el equipo con mayor número de atletas inscritos, incluso por delante de clubes de Tenerife. El evento, celebrado en La Laguna, reflejó una realidad poco conocida: «Nosotros entrenamos en el puerto, en la carretera o en campos compartidos, pero los niños llegan con ilusión y eso es lo que cuenta».

El club ha logrado medallas regionales y ha enviado representantes a campeonatos nacionales, pese a no contar con instalaciones regladas ni material específico. «Los entrenadores aportamos muchas veces el material de nuestro propio bolsillo. Las jabalinas se nos rompen en tierra y no tenemos pistas homologadas para entrenar. Aun así, seguimos adelante».

Un club intergeneracional

Una de las singularidades del Princesa Teseida es su diversidad de edades. En sus filas hay desde niños de tres años hasta adultos mayores de 60, muchos de ellos padres de antiguos alumnos que han regresado a la isla y ahora comparten entrenamientos. «Empezamos con dos veteranos y ya tenemos quince licencias activas en esa categoría. Aquí, a veces, los hijos llevan a los padres al atletismo», comenta Brito.

La participación familiar es uno de los pilares del club. La comunidad se implica, los jueces colaboran con flexibilidad en las competiciones escolares y las autoridades locales prestan espacios cuando es posible. Todo ello convierte al club en un proyecto social más que deportivo: «Lo que tenemos aquí no es solo un equipo: es una familia herreña que se construye entrenando».

Una medalla que visibiliza la periferia

Para Brito, este reconocimiento «pone el foco en quienes muchas veces compiten sin ser vistos». Afirma que el mérito del club no es ganar medallas, sino existir, resistir y crecer sin recursos. «Somos los que no tenemos instalaciones, los que viajamos todos los fines de semana, los que llegamos con niños que nunca han visto una pista. Y aun así, competimos como los mejores», afirma.

La Medalla de Oro de Canarias, aprobada por el Consejo de Gobierno, reconoce en el Club Atlético Princesa Teseida un modelo ejemplar de cómo el deporte puede ser herramienta de integración, convivencia y desarrollo en entornos rurales e insulares. Desde El Hierro, sin pista pero con corazón, el club sigue sumando pasos en la marcha de lo colectivo.