➤ «Canarias cuenta con hasta 18 marinas y puertos deportivos: son puertas al mar y generadores de valor turístico» ➤ «El reto no es construir más infraestructuras, sino hacerlas sostenibles, inteligentes y conectadas con la ciudad» ➤ «Debemos anticiparnos al impacto del cambio climático: el nivel del mar sube y hay que estar preparados»
Las marinas ya no son simples espacios para amarrar barcos. Así lo afirma con claridad Tomás Azcárate, presidente de Marinas de España, quien participó activamente en el I Foro Azul sobre Puertos Deportivos, celebrado recientemente en Canarias. «Estamos superando la idea de que las marinas son aparcamientos de barcos. Ahora son espacios de experiencia, de turismo, de ocio y de innovación», afirma.
Azcárate destaca que el foro, celebrado en Santa Cruz de Tenerife con amplia representación institucional, empresarial y científica, marca un antes y un después en el abordaje de los puertos deportivos como nodos económicos. «El sector tiene dos modelos de gestión: marinas que dependen de las comunidades autónomas y otras que están integradas en las autoridades portuarias del Estado. Esta dualidad plantea desafíos de coordinación que también se analizaron en profundidad», explica.
Marinas: de la náutica privada al turismo activo
En las últimas décadas, las marinas han evolucionado hacia un modelo de integración turística total. Azcárate afirma: «Son espacios que generan actividad económica, empleo y valor añadido. No solo para quienes llegan en barco, sino también para los turistas que ya están en destino y buscan experiencias en el mar». Actividades como excursiones, deportes acuáticos, observación de cetáceos o gastronomía portuaria forman parte de la oferta consolidada.
Canarias, afirma, es un ejemplo destacado: «La Comunidad Autónoma cuenta con entre 17 y 18 instalaciones de este tipo, de las cuales unas 13 o 14 dependen directamente del Gobierno canario. El resto se integra en el sistema estatal de puertos. Es un ecosistema diverso y potente».
Entre expansión e integración urbana
Azcárate reconoce que la demanda crece, pero crear nuevas marinas es cada vez más complejo. «Las restricciones medioambientales, las limitaciones costeras y los requisitos de sostenibilidad hacen difícil ampliar la red de pantalanes». Por eso, plantea que el futuro no está tanto en construir más, sino en reconvertir espacios portuarios infrautilizados.
«Los proyectos de ‘puerto-ciudad’ como los de Bilbao, Málaga o Valencia muestran cómo zonas antes reservadas a mercancías pueden transformarse en espacios turísticos y recreativos sin perder funcionalidad logística», explica. En Canarias, añade, «tenemos ejemplos como Valleseco o las piscinas naturales junto al puerto de Las Palmas que confirman este potencial».
Ecoportos inteligentes: sensores, energía renovable y regeneración marina
Uno de los ejes clave del Foro Azul fue la innovación. Azcárate afirma que las marinas del futuro serán «espacios inteligentes, energéticamente autosuficientes y capaces de regenerar su entorno». Detalla: «Ya hay empresas desarrollando sensores para detectar vertidos en tiempo real, tecnologías para depurar el agua marina en las dársenas y sistemas de inteligencia artificial que optimizan el uso del espacio».
Además, subraya la importancia de la colaboración con universidades y centros de investigación, como el Instituto Canario de Ciencias Marinas. «Tenemos el conocimiento, la tecnología y la financiación europea. Solo falta coordinación institucional y voluntad para actuar», dice.
Cambio climático: una amenaza latente
Azcárate advierte que el cambio climático no es un escenario hipotético. «Ya se observa un ascenso del nivel del mar de varios centímetros. No es una amenaza inmediata, pero debemos anticiparnos». Defiende que las infraestructuras se diseñen desde ahora para resistir a ese impacto. «Adaptarse no es una opción: es una necesidad», asegura.
Convivencia puerto-marina: diálogo y planificación
El presidente de Marinas de España también aborda el reto de la convivencia entre marinas turísticas y puertos comerciales, especialmente en las autoridades portuarias. «Es fundamental que las Administraciones mantengan un diálogo fluido. Se trata de compatibilizar intereses: el turismo no puede interferir con la operativa de cruceros o mercancías, pero tampoco puede quedar relegado», afirma.
Una oferta recreativa diversa
En Canarias, los usos son múltiples: desde barcos de paso que cruzan el Atlántico, hasta embarcaciones recreativas privadas y excursiones para turistas locales e internacionales. «Las marinas son puertas de entrada al mar. Y eso, en una región insular como la nuestra, tiene un valor estratégico incalculable», concluye Azcárate.