Carla Soto, presidenta de Altihay Fuerteventura, celebra el avance decisivo hacia la apertura del Centro Canario de Interpretación de la Memoria Histórica LGTBIQ+
La asociación Altihay Fuerteventura ve por fin más cerca uno de sus grandes objetivos: la creación del Centro Canario de Interpretación de la Memoria Histórica LGTBIQ+, que se ubicará en el antiguo albergue juvenil de Tefía. El proyecto, impulsado por la entidad junto al Cabildo de Fuerteventura y con apoyo estatal, rinde homenaje a las víctimas de la represión franquista por su orientación sexual o identidad de género.
Carla Soto, presidenta de Altihay, afirma en conversación con El Espejo Canario que se trata de «una lucha de más de veinte años» y que la reciente formalización de un protocolo de financiación supone un avance decisivo: «Fue muy emocionante. Sentimos que cumplíamos la promesa hecha a Octavio García y a tantas otras personas silenciadas».
Memoria, visibilidad y reparación
La propuesta del centro va más allá de una exposición fija. Pretende convertirse en un espacio vivo de memoria, reflexión y educación. Soto explica que el objetivo es «llenar poco a poco Tefía de su historia» y hacerlo accesible a todas las generaciones: «El objetivo es que la historia de Tefía llegue a todas las edades y a todas las personas».
Actualmente, el albergue ya cuenta con algunos elementos expositivos, como paneles con expedientes reales, fotografías históricas y un testimonio audiovisual de Octavio García, uno de los supervivientes del penal de Tefía. Según relata Soto, «Octavio pasó 16 meses allí, cargando piedras y agua, y decía que eso te estropeaba la mente».
Una historia silenciada que exige ser contada
Carla Soto recuerda que en Tefía fueron encarceladas más de 400 personas entre 1954 y 1966 por razones vinculadas a su orientación sexual. «Cuando se cuenta la historia de Tefía, se habla de hombres gais, pero también hubo mujeres trans que no fueron reconocidas como tales. En sus expedientes figura que eran “hombres afeminados”», denuncia.
Altihay trabaja para rescatar esas voces, muchas de las cuales permanecen silenciadas por el miedo o el estigma familiar. La presidenta del colectivo asegura que «todo dependerá de los documentos que podamos conseguir y de las historias que nos quieran contar».
Una herramienta contra el olvido y el odio
El Centro Canario de Interpretación no solo aspira a ser un espacio de memoria, sino también una herramienta educativa. La decisión de ubicarlo en un albergue juvenil responde a un criterio claro: llegar a las nuevas generaciones. «Queremos que los jóvenes conozcan esta historia para que tomen buenas decisiones, para que sepan a qué partidos votar», afirma Soto.
La presidenta de Altihay alerta sobre el auge de los discursos de odio y el aumento de agresiones contra personas LGTBIQ+. «Volvemos a encontrarnos con palizas en la calle a mujeres trans, insultos, ataques. Y eso nos hace temer que volvamos a vernos como en aquellas décadas oscuras», asegura.
El legado de Octavio García
Para Carla Soto, el centro es también una forma de rendir homenaje a figuras como Octavio García, cuya historia personal marcó profundamente al colectivo. «Él nos contaba que lo más duro era cómo te rompían por dentro. Crear este centro es cumplir con él y con todos los que sufrieron injustamente», sostiene.
Con la vista puesta en una inauguración cada vez más cercana, Altihay redobla su compromiso por mantener viva la memoria de Tefía. «Queremos que lo que allí pasó se sepa en cada rincón de Canarias, de España y del mundo. Solo así evitaremos que vuelva a repetirse».