Psicólogos para Tod@s lanza en La Palma el proyecto «Voluntariado en Acción»

Cartel de la iniciativa

Cartel de la iniciativa

El psicólogo sanitario Anselmo Acosta, responsable del proyecto, señala que la población de la isla ha tenido bastante resiliencia, pero «ha quedado vulnerable y con mayor predisposición a problemas de salud mental»

El psicólogo sanitario Anselmo Acosta, responsable del proyecto «Voluntariado en Acción: cuidar, acompañar y transformar desde el corazón», explica que la iniciativa —financiada por la Consejería de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias del Gobierno de Canarias— persigue «crear y dotar» a la asociación para ejercer un voluntariado con formación y capacidad de intervención real en la isla. «Queremos hacer llegar a ese equipo humano formado de voluntarios a los diferentes programas que estamos actualmente realizando en la isla de La Palma», afirma, subrayando que la emergencia volcánica «ha tocado a nivel mental a toda la población». 

El plan combina aprendizaje y práctica: los participantes conocen la ley del voluntariado —«derechos y deberes»—, los objetivos de la entidad y adquieren herramientas para intervenir: «cómo realizar una escucha activa» y «actividades de ocio y tiempo libre», siempre «acompañados por psicólogos de la asociación» para asegurar «un desempeño y un desarrollo óptimo». La intervención se orienta a mayores, personas con discapacidad y acciones comunitarias en asociaciones vecinales y ayuntamientos. 

Una población vulnerable

Acosta vincula el proyecto con la realidad social cuatro años después de la erupción: «La población palmera ha tenido bastante resiliencia», pero «ha quedado vulnerable», con «mayor predisposición» a problemas de salud mental. Denuncia que «actualmente hay muy pocos recursos a nivel de ONG» y que «básicamente los recursos que hay provienen del Gobierno de Canarias y alguna que otra pequeña subvención del Cabildo», lo que considera «totalmente insuficiente» para quienes «aún hoy siguen afectados». La asociación cuenta «con cerca de 500 socios o usuarios» y lamenta «trabas» administrativas que limitan la acción con ciertos colectivos. 

El programa prevé un impacto directo desde septiembre hasta diciembre y está abierto a nuevas incorporaciones: «Estamos abiertos… se pueden sumar las personas que quieran participar». El perfil es amplio —«jóvenes, adolescentes, personas adultas», incluso jubiladas—, con el requisito de formarse porque «la misma ley lo exige». Además de capacitar, el proyecto dota de «material para poder intervenir, como puede ser ropa, equipamiento», generando un equipo preparado también para emergencias futuras. 

Voluntariado ético, empático y profesionalizado

De cara a 2026, la entidad aspira a consolidar un «voluntariado ético, empático y profesionalizado» y a ofrecer oportunidades de empleo a quienes deseen dar el salto a la profesionalización: «Si en el futuro quieren desempeñar una labor profesional tendrán prioridad, porque van a conocer nuestros métodos». Con experiencia en «intervención en emergencia y catástrofe», Acosta resume el espíritu del proyecto: motivación, vocación y utilidad social para «llegar a ese nicho de personas que no llegan las administraciones», manteniendo vivo el acompañamiento psicológico en La Palma.