Ocean Oasis apuesta por desalar agua en Canarias solo con la fuerza de las olas

Instalaciones de Ocean Oasis | Foto: Ocean Oasis

Instalaciones de Ocean Oasis | Foto: Ocean Oasis

Su director general en Canarias, Sebastián Feimblatt, explica que el proyecto DesaLIFE aspira a convertirse en un modelo replicable para garantizar el agua del futuro en las islas con una huella ambiental mínima.

Ocean Oasis quiere demostrar desde el norte de Gran Canaria que es posible producir agua desalada utilizando únicamente la energía de las olas, sin consumir electricidad de la red ni emitir CO₂. Su director general en Canarias, Sebastián Feimblatt, explica que el proyecto DesaLIFE, en colaboración con diversas entidades científicas y administraciones públicas, aspira a convertirse en un modelo replicable para garantizar el agua del futuro en las islas con una huella ambiental mínima.

El mar como central eléctrica renovable

Feinblatt recuerda que la tecnología nace en Noruega, aprovechando el conocimiento acumulado de la industria offshore para reconvertirlo en una solución sostenible. En lugar de generar electricidad con las olas —un proceso complejo y costoso—, Ocean Oasis traduce ese movimiento en presión de agua, justo la energía que necesitan las membranas de ósmosis inversa para desalar. Las pruebas con la boya piloto GAIA en el puerto de Las Palmas confirman, según el directivo, que el sistema funciona y que la eficiencia obtenida es «incluso mejor de la esperada».

Del prototipo GAIA al proyecto DesaLIFE

El siguiente paso es desplegar un dispositivo a escala real en el norte de Gran Canaria y conectar su producción a la desaladora de Arucas-Moya. En condiciones de oleaje como las canarias, cada unidad puede rondar los mil metros cúbicos diarios, con potencial para llegar a 3.000 en zonas con mayor energía undimotriz. El objetivo de Ocean Oasis para los próximos cinco años es complementar la producción de agua desalada en varias islas, con al menos cinco localizaciones donde se entregue agua en costa a un coste igual o inferior al actual.

Agua sin emisiones y sin cargar la red eléctrica

Frente al modelo convencional alimentado por electricidad, Feimblatt destaca que la propuesta de Ocean Oasis rompe el vínculo entre el coste del agua y el precio de la energía. Recuerda que la red eléctrica afronta la presión de la descarbonización y la electrificación de múltiples sectores, lo que encarece la producción de agua. Su planteamiento, insiste, no compite con las plantas tradicionales, sino que las complementa: «Lo que hacemos es quitar consumo a una red ya estresada y aportar agua directamente desde el mar usando solo energías renovables».

Impacto ambiental mínimo y salmuera controlada

Uno de los puntos sensibles de cualquier desaladora es la gestión de la salmuera. En el caso de Ocean Oasis, la descarga se realiza en mar abierto y en la parte superior de la columna de agua, donde el propio oleaje favorece la dilución natural. Feinblatt subraya que el sistema no utiliza productos químicos, de modo que lo único que se vierte es agua más salada, cuya dispersión se ha estudiado en proyectos previos para confirmar que no genera impactos apreciables sobre el ecosistema marino.

Un consorcio volcado y un mensaje a las administraciones

Para sacar adelante DesaLIFE, Ocean Oasis se apoya en un consorcio que incluye al Instituto Tecnológico de Canarias, PLOCAN, el grupo de investigación GRRES de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la consultora Elittoral y el Consejo Insular de Aguas, además del respaldo del Cabildo y del Gobierno de Canarias, que han declarado la iniciativa estratégica. Feimblatt resume así su petición a los responsables públicos: «Que miren al mar: allí está la respuesta para descarbonizar la producción de agua y asegurar que haya recursos suficientes para las actividades actuales y las que vendrán». A nivel personal, confiesa que lo mueve la posibilidad de tener «un impacto real» sobre un problema global y aportar, como él mismo dice, «nuestra gota de agua» a la solución.