‘Los pecadores’: buena música, pero un tanto pretenciosa

Escena de 'Los pecadores' | Warner Bros

Escena de 'Los pecadores' | Warner Bros

El cineasta Javier Chavanel nos narra la anécdota de cuando Revilla recibió la noticia de que había sido demandado por el rey emérito.

Entre tomas de la nueva película en la que ha estado trabajando, Javier Chavanel asistió en primera fila a un momento insólito: Miguel Ángel Revilla recibe en directo la llamada que le comunica que el rey emérito ha interpuesto una querella contra él. «Fue en mitad del rodaje, estábamos en una secuencia importante en el norte de España y Revilla, que hacía un cameo, se aparta para contestar al móvil. Vuelve y nos lo suelta: “Juan Carlos se ha querellado contra mí”», cuenta el director. «Lo compartió en voz alta, sin victimismo, pero con un tono de “cuando termine esto me voy corriendo a arreglarlo”».

Aunque el equipo de rodaje reacciona con sorpresa, la presión del trabajo les obliga a seguir. «Vivimos en una burbuja: te enteras de algo así y luego vuelves a gritar ‘acción’», dice entre risas.

Un golpe a la industria audiovisual: Trump y su arancel del 100%

Chavanel también analiza la nueva medida arancelaria anunciada por Donald Trump: un impuesto del 100% a las productoras de Hollywood que rueden fuera de EE. UU. «Esto es un misil contra territorios como Canarias», afirma. «En los últimos años hemos visto cómo se han rodado aquí superproducciones que han generado empleo, formación y economía local. Ahora, con esta medida, muchas de esas productoras se lo van a pensar dos veces».

La propuesta nace, según el cineasta, de un entorno ideológico cercano a Trump. «Es una idea que le lanza el actor Jon Voight, apoyado por figuras como Sylvester Stallone y Mel Gibson. Dicen que si una película puede rodarse en Hollywood pero se hace fuera, debe penalizarse», explica. «Lo peor es que parte de Hollywood ha reaccionado con dudas, porque si al final sale más barato rodar en casa, podría incluso parecer beneficioso. Pero es pan para hoy y hambre para mañana: estamos hablando de una industria global».

Chavanel recuerda que países como Francia o España ya aplican políticas proteccionistas en el audiovisual, pero «en EE. UU. es distinto: el Estado no pone ni un dólar en las producciones, así que imponer límites a la libertad de ubicación puede ser un tiro en el pie».

The White Lotus: «una serie lúcida y lucida»

Chavanel se declara fan absoluto de The White Lotus, una serie que considera una obra maestra del contraste emocional. «Es luz, pero está llena de tormentas internas. Gente rica que se va de vacaciones, pero que arrastra su infierno a donde vaya. Nada se queda atrás: sus traumas viajan con ellos», dice. Y subraya: «Es lúcida y lucida a la vez. Esa dualidad está en todo: en la fotografía, en la música, en los personajes».

Destaca especialmente la pérdida que supone la marcha del compositor chileno Cristóbal Tapia de Veer, responsable de las icónicas intros. «El creador, Mike White, no quería repetir ciertos elementos musicales. Discutieron y Tapia de Veer se fue. Es como perder a John Williams en una película de Spielberg», sentencia. Para Chavanel, la música de la serie era «parte esencial del ADN narrativo», y la cuarta temporada sufrirá sin su presencia.

«Los pecadores»: música sobresaliente, cine discutible

Chavanel también comenta Los pecadores, película estadounidense dirigida por un cineasta procedente del universo Marvel. «Es una cinta ambientada en los años 30, con fuerte carga racial y musical. Tiene momentos que recuerdan a Tarantino o a “Abierto hasta el amanecer”», describe. Pero, a pesar del éxito comercial en EE. UU., a él no lo convence: «Me parece pretenciosa. Quiere lanzar un mensaje tan fuerte que se olvida de ser una película. El discurso está por encima de la narrativa».

Sin embargo, destaca que para amantes del blues y la música americana puede ser interesante. «Quien valore la música por encima de la trama, puede disfrutarla. Está muy bien dirigida y Michael B. Jordan hace un gran trabajo», matiza.

Cine perverso y poético: la huella de Sorrentino

Por último, reflexiona sobre Partenope, la nueva película de Paolo Sorrentino. «No es su mejor obra, pero logra lo que pocos: no puedes dejar de mirar. Las imágenes son tan poderosas que te atrapan, aunque no sepas exactamente qué te están contando», explica. «Sorrentino juega con la estética, la perversión y la poesía. Es como una ópera visual: no importa tanto la historia como el ambiente que crea».

Chavanel reconoce que este tipo de cine «no es para todos», pero lo defiende como una expresión artística legítima. «En un mundo donde todo debe ser inmediato y explícito, Sorrentino te invita a detenerte, a observar, a sentir. Eso es cine en mayúsculas».