La pornografía y la falta de educación afectiva, tras del aumento de las agresiones sexuales

La prevención de las agresiones sexuales requiere de un importante trabajo en educación | Foto: Pixabay

La prevención de las agresiones sexuales requiere de un importante trabajo en educación | Foto: Pixabay

Cristina Sanjuan, experta en prevención de la violencia infantil de Save The Children, enfatiza la necesidad de que las familias y la escuela asuman un papel más activo en la prevención.

Cristina Sanjuan, experta en prevención de la violencia infantil de Save The Children, pone de relieve la presencia de la pornografía y la falta de educación afectiva-sexual tras el incremento de las agresiones sexuales a las mujeres en los últimos años.

La memoria de la Fiscalía General del Estado ha puesto sobre la mesa que, en los últimos cinco años, las agresiones sexuales se han incrementado en nuestro país en un 116% y en el cien por cien de los casos se ha detectado la influencia de la pornografía.

Única fuente de información

Sanjuan señala que se requiere de un gran trabajo de prevención para poder atajar estas cifras, pues en un alto porcentaje de los casos se ha detectado que la pornografía era la única fuente de informacion para los jóvenes, lo que demuestra que se está produciendo una falla en la educacióna efectivo-sexual. 

Señala que estos números afectan mucho más a los chicos que a las chicas, pues ellos se inician en el consumo del porno a edad más temprana y motivados por la información que le prestan otros menores de más edad. En cambio, ellas suelen llegar a la pornografía inducidas por sus compañeros masculinos y como una forma de demostrar que están a la altura de lo que se espera.

Educación en familia

Sanjuán destaca el papel fundamental de la familia en la educación, porque ese tiene que ser el espacio de formación temprana adaptada a cada etapa en función de la edad y la madurez. Apunta que los chicos y chicas que cenan en familia consumen pornografía en mucha menor medida. 

Asimismo, indica que la formación no solo se debe orientar a la educación afectivo-sexual, sino también hacia el uso seguro y responsable de las tecnologías, las cuales no se pueden evitar y «tenemos que aprender a relacionarnos con ellas, de tal forma que sea una herramienta y un complemento».