La ONCE reivindica en el Parlamento de Canarias la vigencia del braille 200 años después de su invención

Inauguración de la exposición 200 años de la invención del Braille, seis puntos que abrieron un camino de posibilidades | Foto: Parlamento de Canarias

Inauguración de la exposición 200 años de la invención del Braille, seis puntos que abrieron un camino de posibilidades | Foto: Parlamento de Canarias

El delegado de la entidad en el Archipiélago y organizador de la iniciativa, José Antonio López, explica que se trata de «el antes y el después de la apertura de las puertas de la cultura de la información a las personas ciegas».

La ONCE ha llevado al Parlamento de Canarias la exposición «200 años de la invención del braille, seis puntos que abrieron un camino de posibilidades», una muestra que repasa la historia y la actualidad del sistema de lectura y escritura táctil para personas ciegas. El delegado de la entidad en el Archipiélago y organizador de la iniciativa, José Antonio López, explica que se trata de «el antes y el después de la apertura de las puertas de la cultura de la información a las personas ciegas» y subraya que el braille «está plenamente vigente» dos siglos después de que Luis Braille desarrollara su código de puntos.

De las pautas y el punzón a los libros en braille y tinta

López detalla que la exposición, instalada en la Sala Tindaya del Parlamento, muestra cómo se implantan las primeras formas de escritura braille, «escribiendo con un punzón y pinchando el papel» sobre una pauta para marcar los puntos, y cómo se pasa de esos cuadernos cosidos a mano a los libros impresos. El recorrido incluye materiales históricos y actuales para la enseñanza, como el «método braítico», que «tiene cinco etapas para poder aprender el braille» y se aplica a lo largo de las distintas fases educativas, permitiendo que los niños ciegos aprendan «al mismo ritmo que el resto de los niños a escribir y leer».

Braille en la escuela, en casa y en el ocio

El delegado de la ONCE insiste en que el sistema no se limita a los manuales escolares. Habla del «braille útil», el de uso diario, aplicado al etiquetado de medicamentos, productos del hogar o discos, porque «los vinilos son todos iguales al tacto» y necesitan identificarse para que las personas ciegas «puedan verlo». También destaca los libros infantiles que combinan «los dos códigos», tinta y braille, y que define como «auténticas obras de arte» elaboradas de forma artesanal. En el ámbito del tiempo libre, recuerda que gracias a las adaptaciones en braille se puede jugar a la baraja, al «apalabrado», al «tabú» o al popular «cinquillo», juegos que sin estas versiones serían inaccesibles.

Tecnología y autonomía personal

López remarca que la tecnología ha multiplicado las posibilidades del sistema. Explica que hoy el braille se integra en teclados específicos conectados a ordenadores, en líneas braille y en distintos tipos de anotadores electrónicos, de forma que «la electrónica, la informática forma parte hoy día de las posibilidades que nos ofrece el braille como sistema de lectura y escritura». Señala, además, que los teléfonos inteligentes incorporan ya de serie lectores de pantalla y otras herramientas accesibles, lo que evita tener que pagar softwares adicionales y permite que las personas ciegas manejen móviles, tabletas u ordenadores «con una autonomía que es como de la noche al día con respecto a hace 20 o 30 años».

Un mensaje político y global desde la sede de la soberanía canaria

Para la ONCE, que la muestra se acoja en la sede parlamentaria tiene una carga simbólica evidente. López valora que el Parlamento es «la soberanía del pueblo de Canarias» y que exponer allí refuerza las reivindicaciones actuales, como el desarrollo del decreto que debe hacer efectivo el etiquetado en braille de los productos de consumo en España, después de «un traspiés en Europa» que ha frenado su publicación. Recuerda también que la organización impulsa que el braille sea reconocido como patrimonio inmaterial de la humanidad, una iniciativa que, asegura, da la medida de la importancia del sistema para «más de 280 millones de personas en todo el mundo».