La enfermería: ciencia, vocación y especialización

Carina García, directora de Enfermería de Hospitales Universitarios San Roque (HUSR) en Maspalomas | Foto: HUSR

Carina García, directora de Enfermería de Hospitales Universitarios San Roque (HUSR) en Maspalomas | Foto: HUSR

La directora de Enfermería de Hospitales Universitarios San Roque (HUSR) en Maspalomas, Carina García, reclama mayor reconocimiento para un colectivo con formación universitaria y cada vez más competencias.

Con motivo del Día Internacional de la Enfermería, celebrado el pasado 12 de mayo, la directora de Enfermería de Hospitales Universitarios San Roque (HUSR) en Maspalomas, Carina García, reivindica el valor, la preparación y los retos de un colectivo esencial para el sistema de salud.

«El Día de la Enfermería es para nosotros como un cumpleaños», afirma Carina García, al describir la conmemoración anual del 12 de mayo, que en su hospital se vive con emoción, alegría y un sentido profundo de pertenencia. La jornada, recuerda, sirve para «exponer lo que somos, recordar a los compañeros que siguen y a los que ya no están, y recibir el afecto de pacientes y de la propia institución».

Una profesión científica y planificada

García insiste en que la visión tradicional de la enfermería sigue siendo limitada. «La sociedad aún nos ve como el “ser de blanco” que arrastra un carro de curas o toma constantes, pero nuestra realidad es mucho más amplia», subraya. Recuerda que la enfermería «es una profesión con formación universitaria», con competencias propias y una base científica clara: «Planificamos cuidados estandarizados, lo que nos convierte en una ciencia».

Aunque la colaboración con los médicos es imprescindible —«son nuestra sombra»—, la directora de Enfermería remarca que el colectivo tiene identidad, autonomía profesional y responsabilidad. «Lo que reivindicamos es que se nos reconozca ese lugar que merecemos en la sociedad», afirma.

El desgaste tras la pandemia y la falta de empatía

La pandemia de la COVID-19 supuso un punto de inflexión: «Fue durísima, pero sirvió para que la sociedad reconociera más nuestra labor». Sin embargo, pasado el momento de crisis, García observa una deriva preocupante: «Ahora nos enfrentamos a una mayor exigencia por parte de los pacientes, que piden más empatía pero no siempre la devuelven, y se generan frustraciones y agresiones que van en aumento».

Este contexto, unido a las condiciones laborales, está provocando un éxodo profesional: «Muchos enfermeros y enfermeras de altísimo nivel están migrando a otros países donde el reconocimiento económico y la carga de trabajo son más justos». Lamenta que España esté perdiendo un capital humano valiosísimo, especialmente en un momento en el que la demanda de cuidados sanitarios no deja de crecer.

Una reclamación estructural: categoría A1

Uno de los principales caballos de batalla del colectivo es la reclasificación profesional. Actualmente, la enfermería figura como categoría A2 en la administración, pero García asegura que eso «no refleja ni la formación ni las competencias actuales». Por ello, defiende que se reconozca como categoría A1, al mismo nivel que otras profesiones con estudios universitarios, como la medicina. «Ojalá enfermería siga creciendo, y podamos descargar a los médicos de funciones que también estamos cualificados para asumir», señala.

Especialización sin recompensa

García también pone el foco en la necesidad de reforzar la enfermería especializada. «Un enfermero no puede ser de todo: necesitamos especializarnos para ofrecer los mejores cuidados», argumenta. Explica que existen itinerarios como el EIR (Enfermero Interno Residente), equivalentes al MIR médico, pero que aún no están suficientemente valorados ni recompensados. «Hay especialidades como pediatría o médico-quirúrgica que llevan años implantadas, pero luego no se reconoce esa formación a la hora de contratar. Es ilógico que un enfermero sin especialidad tenga prioridad frente a otro especializado», denuncia.

Desde su doble vertiente profesional —gestión y docencia—, Carina García se muestra firme en la necesidad de impulsar la formación específica como pilar del futuro de la enfermería. «Insisto siempre a mis alumnos: hay que especializarse. Es la única vía para mejorar el sistema y el servicio que damos», concluye.

Un agradecimiento que no debe limitarse a un solo día

García agradece los gestos de cariño recibidos durante la celebración, tanto de los pacientes como del propio hospital, pero recuerda que el verdadero reconocimiento debe ser estructural, no anecdótico. «No se trata solo de un día señalado. Necesitamos avanzar en condiciones, derechos y visibilidad. Somos una profesión imprescindible, con capacidad, con ciencia y con corazón».