El cronista oficial, Francisco Hernández, destaca la importancia del enclave y subraya el papel desempeñado a lo largo de toda la historia.
La Casa Torre, una vivienda señorial de estilo canario situada en el casco histórico de la villa de Teguise, en Lanzarote, se consolida como uno de los inmuebles más emblemáticos del municipio y ultima su recuperación para uso cultural. El cronista oficial de Teguise y asesor del Ayuntamiento, Francisco Hernández, destaca la importancia que tiene para el municipio y subraya que es importante por su situación y por el papel desempeñado a lo largo de toda la historia de este edificio.
Una casa señorial sobre el antiguo edificio de la Inquisición
Hernández recuerda que los trabajos de investigación en el archivo histórico permiten situar la edificación en el siglo XVII, pese a que tradicionalmente se vincula al XVIII. Explica que se trata de «una vivienda señorial, urbana, de estilo canario» y que las escrituras antiguas señalan que «estaba levantada sobre el antiguo edificio de la Inquisición de Lanzarote», lo que añade un valor simbólico a su relevancia arquitectónica. El inmueble es conocido tanto como Casa Torre como Casa del Beneficiado, en referencia al venerable don Antonio Torres Rivera, beneficiado de la parroquia matriz de Nuestra Señora de Guadalupe.
Propietarios ilustres y huella de linajes históricos
El cronista explica que, antes de pasar a manos de Torres Rivera, la casa fue propiedad de Gaspar Rodríguez Carrasco, fundador del cenobio de San Juan de Dios, quien levanta la primera fábrica del edificio hacia la Calle Nueva. La parte trasera, con apertura a la Calle Higuera, la construye posteriormente el beneficiado Antonio Torres de Rivera, consolidando un conjunto que quedará ligado a familias destacadas de la isla. Hernández detalla la trayectoria del clérigo, «ordenado sacerdote sobre 1750» y beneficiado de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, que en 1771 es nombrado también propietario de la hacienda de El Grifo y deja como heredero universal a su sobrino, el subteniente Bartolomé de Torres.
«Una de las mejores casas de la villa»
La historia de la Casa Torre también recoge testimonios cotidianos que revelan su prestigio. Hernández rescata la reseña de Juan Gualberto Espino, uno de los inquilinos que la alquila durante un periodo y que escribe: «pero no por eso dejo de tener apariencia de hombre rico, pues estoy viviendo en una de las mejores casas de la villa, la de don Bartolomé de Torres, pero hablando en oro, no lo hago por lujo, sino porque las casas en este pueblo no se encuentran, y mucho menos para tantas familias como la mía. Pago de alquiler dos duros mensuales». Aquel inquilino anota incluso que la renta «es barata para lo que la casa vale», un comentario que ilustra tanto la calidad del inmueble como la escasez de viviendas de su categoría en la época.
Protección integral en el casco histórico de Teguise
Encajada en el cuidado casco histórico de la villa, la Casa Torre disfruta de protección total como edificio reconocido dentro de la declaración del conjunto histórico de Teguise. Hernández recuerda que el catálogo arquitectónico municipal refuerza esa protección y que el inmueble está considerado pieza clave en la imagen urbana del centro. Esa condición obliga a que las intervenciones respeten la estructura original y los elementos singulares, como los techos, que el cronista califica de «muy importantes» dentro del patrimonio arquitectónico lanzaroteño.
Un futuro museo para América y la emigración lanzaroteña
Aunque todavía no se puede visitar porque «está en obras», Hernández explica que la casa ya ha sido cedida por el Gobierno de Canarias al Cabildo y que se trabaja de forma coordinada con el Ayuntamiento para definir su nuevo uso. Una de las ideas principales es crear un museo con «una sala dedicada a América», concebido como homenaje a los emigrantes canarios y, en particular, a los lazos históricos con San Antonio de Texas.