El presidente de la Federación Canaria de los Deportes para Personas con Discapacidad (FCDPD) acoge como «un honor» el Premio a la Entidad Destacada en Promoción Deportiva en los Premios al Deporte Canario.
La Federación Canaria de los Deportes para Personas con Discapacidad (FCDPD) ha recibido el Premio a la Entidad Destacada en Promoción Deportiva en los Premios al Deporte Canario 2025. Su presidente, Juan Carlos Hernández, valora el reconocimiento como «un honor» y recuerda que la gala de entrega tendrá lugar el 3 de octubre en el Tenerife Espacio de las Artes (TEA), en Santa Cruz de Tenerife.
El presidente resalta la amplitud y pluralidad del jurado, con presencia de medios de comunicación y agentes regionales, algo que —dice— «añade valor» al reconocimiento. En clave interna, la distinción reconoce la organización de campeonatos, el acompañamiento técnico a clubes y deportistas y la construcción de un sistema donde «nadie quede fuera por su discapacidad», con el reto añadido de coordinar actividades en todas las islas pese a la ausencia de estructuras insulares propias.
La FCDPD acudirá a la gala de los Premios al Deporte Canario 2025 «con gratitud y con deberes claros»: consolidar ligas y copas, ampliar el mapa de clubes, profundizar en la formación de técnicos y árbitros y acelerar la integración ordenada de modalidades. «Pronto se va a entregar la premiación», señala Hernández, que vuelve al punto de partida: «Es un honor» y «un impulso» para seguir creciendo.
Una federación un tanto singular
Hernández subraya que la FCDPD «es una federación un tanto singular» porque opera en el ámbito regional —«no existen federaciones insulares», precisa— y porque integra a varias tipologías de discapacidad: física, parálisis cerebral o daño cerebral adquirido, personas sordas y personas ciegas o con deficiencia visual. «No es un único deporte, sino diferentes deportes según los que practiquen los grupos de discapacidades», explica, lo que marca una diferencia estructural con las federaciones ordinarias de disciplinas concretas como fútbol o baloncesto.
Clubes, licencias y un tejido de apoyos
El presidente enfatiza que la base del trabajo reside «en los clubes deportivos inscritos» y en «el grupo tan amplio de voluntarios, asistentes personales y asistentes deportivos», imprescindible cuando compiten deportistas con grandes discapacidades. Muchos clubes «pertenecen a federaciones ordinarias» y, al mismo tiempo, están adscritos a la FCDPD para tramitar «las licencias necesarias» que permiten la participación en competiciones regionales y estatales específicas por discapacidad. «Muchos de los eventos los organizamos conjuntamente con los clubes», añade.
Campeonatos y ligas: de la bocha al baloncesto en silla
Entre las citas inmediatas, Hernández destaca en Tenerife «la segunda Copa de Canarias de baloncesto en silla de ruedas», con equipos que ya compiten, además, en la liga estatal. La federación impulsa también «la liga de bocha de Canarias», concebida para deportistas con grandes discapacidades y que «ya lleva dos años celebrándose». El salto cualitativo llega esta temporada: «Van a poder participar en la liga estatal» gracias a la formación de técnicos específicos y de árbitros, «necesarios para homologar marcas». «Así con muchos otros deportes, como el atletismo y la natación, que todavía están dentro de nuestra federación», detalla.
Integración en federaciones ordinarias: el papel de nexo
La nueva Ley del Deporte fija una ruta de integración progresiva de modalidades en las federaciones ordinarias. Hernández cita disciplinas ya integradas —ciclismo, triatlón, vela, equitación, esgrima, tiro, tenis, tenis de mesa o remo— y define la función de la FCDPD en esa transición: «Podemos ser ese nexo de asesoramiento, información, realizar clasificaciones médicas deportivas… y formar técnicos especializados». Esas «clasificaciones» garantizan que los deportistas compitan «en condiciones iguales según qué tipo de discapacidad tengan», un elemento técnico central para la equidad competitiva.
Derechos, no caridad: un cambio cultural en marcha
Sobre la percepción social, Hernández aprecia «un avance» en concienciación y en la difusión del deporte inclusivo, también desde los medios. Pero lanza dos advertencias: «A veces podemos pecar de infantilizar a los deportistas con discapacidad» y «no podemos caer en el pecado de la caridad». Reivindica un enfoque de derechos: «Los deportistas con discapacidad también tienen derecho, como cualquier otro deportista». Ese marco, sostiene, debe impregnar tanto la comunicación como la gestión institucional y el patrocinio.
La asignatura pendiente: discapacidad intelectual
Hernández identifica un vacío organizativo: «En Canarias, los deportistas con discapacidad intelectual no tienen federación; tienen una delegación». La aspiración es que «en los próximos meses» se integren en la FCDPD o «exista una federación que les represente a ellos y a sus familias», en coordinación con la Federación Española. «Es uno de los retos que tenemos por delante», resume.