➤ «La campaña de crowdfunding ha alcanzado el 42%, pero necesitamos al menos el 50% para resistir» ➤ «Los apoyos públicos llegan tarde, son frágiles o se pierden entre la burocracia» ➤ «Nuestra metodología permite que cualquier persona aprenda música desde cero, sin conocimientos previos»
Barrios Orquestados atraviesa uno de los momentos más delicados desde su fundación. Su director y creador, José Brito, lo expresa con claridad: «Estamos luchando para no desaparecer». El proyecto social y pedagógico, que lleva más de una década acercando la música a menores y familias de zonas periféricas, necesita recaudar 120.000 euros de forma urgente para mantener su actividad. «Hemos lanzado una campaña de crowdfunding que ya ha alcanzado el 42% del objetivo», detalla Brito, pero insiste en que «si llegamos al 50%, habremos logrado algo muy importante».
La iniciativa se basa en pequeñas aportaciones ciudadanas a través de la plataforma GoFundMe. Brito subraya que cualquier cantidad es bienvenida: «Cincuenta euros, diez o incluso cinco. Lo importante es el compromiso social que hay detrás. Este proyecto no es solo nuestro, sino de toda la comunidad».
Apoyos institucionales… pero frágiles
Aunque en los últimos días varias administraciones han mostrado su respaldo, Brito advierte que los mecanismos institucionales no siempre garantizan estabilidad. «Los apoyos públicos existen, pero son frágiles: llegan tarde, dependen de la burocracia, de convocatorias competitivas y no siempre cubren lo que se necesita», denuncia. Añade que hay una «declaración de intenciones» por parte de representantes políticos para cambiar esto, pero lamenta que el tiempo dirá si esas intenciones se convierten en hechos.
Barrios Orquestados ha logrado lo que muchos proyectos sociales no consiguen: crear una comunidad estable, multigeneracional y con implicación directa del entorno. «Los familiares no son solo acompañantes, también participan del aprendizaje musical», afirma su fundador. En muchos conciertos, decenas de personas suben al escenario, desde niños hasta padres y madres, conformando un entramado de vínculos y crecimiento colectivo.
Una gira para demostrar el valor del proyecto
Mientras continúa la campaña de recaudación, la iniciativa mantiene su actividad artística con una gira de verano que ya ha pasado por Antigua (Fuerteventura) y que llegará en los próximos fines de semana a Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife. El próximo concierto se celebra este domingo en el pabellón municipal de Titerroy, en Lanzarote, a las 19:00 horas. Brito recomienda llegar con tiempo: «Son espacios de acceso libre, pero el aforo se llena rápidamente».
Los conciertos reúnen a núcleos de entre 40 y 80 alumnos por isla, acompañados por los docentes y sus familiares. «En Lanzarote, por ejemplo, llevamos cinco años trabajando y hay un compromiso absoluto del equipo docente. En el escenario, se puede ver a más de 120 personas unidas por la música», explica.
Enseñar desde cero, sin barreras
Uno de los pilares de Barrios Orquestados es su metodología inclusiva. Brito recalca que el proyecto está diseñado para que nadie necesite conocimientos previos: «No se exige formación musical ni teórica ni técnica. Cualquier persona puede comenzar desde cero». Esta propuesta pedagógica propia ha sido clave para romper barreras sociales y facilitar la entrada a la música de colectivos históricamente alejados de la educación artística.
El objetivo va más allá de formar músicos. «Queremos sensibilizar a la sociedad, educar para afinar mejor como personas, como ciudadanos. Y ojalá que ese afinamiento nos aleje del ruido, del conflicto, de la violencia», reflexiona el director, que insiste en que esta no es solo una causa musical, sino una misión social y educativa urgente.
Una red que lucha por sobrevivir
Barrios Orquestados no es solo una orquesta ni un programa educativo: es un tejido comunitario que ha crecido en paralelo a las necesidades de barrios desfavorecidos en todas las islas. La situación actual ha encendido todas las alertas, pero también ha generado una ola de solidaridad. «No nos vamos a cansar, aunque el reto sea enorme», concluye Brito.