El presidente de Élite Taxi Tenerife, Miguel Ojeda, califica de insólito que les reclamen una indemnización de 84.000 euros.
«No tiene ni pies ni cabeza». Así califica Miguel Ojeda, presidente de Élite Taxi Tenerife, la reclamación que ha recibido desde Élite Taxi Barcelona, donde se le insta a abandonar el uso del nombre «Élite» y se le exige una indemnización de 84.000 euros. La situación, más allá de lo jurídico, tiene tintes de maniobra política, según explica el propio Ojeda, quien afirma que todo esto ocurre «a quince días de las elecciones al sector del taxi en Santa Cruz de Tenerife», en lo que considera un intento de «generar miedo y desgaste entre los socios».
Ojeda asegura que Élite Taxi Tenerife no solo no es una copia del modelo barcelonés, sino que forma parte del mismo movimiento desde sus orígenes. «Somos socios fundadores de la Federación Élite Taxi de España, la FETE, junto con Barcelona. Llevamos conviviendo con ellos casi una década y jamás hubo problema con el nombre. ¿Por qué ahora?», se pregunta.
Una federación con presencia internacional
El movimiento Élite Taxi, surgido en Barcelona como respuesta a los desafíos del sector frente a plataformas como Uber y Cabify, ha dado lugar en los últimos años a agrupaciones con el mismo nombre en ciudades como Málaga, Sevilla, Vigo, Madrid, la Costa del Sol o incluso en países como Bélgica o Brasil. «Existe Élite Taxi en Río de Janeiro y nadie dice nada», ironiza Ojeda. «Esto no es una franquicia ni una marca registrada que se haya protegido en exclusividad. Es un movimiento colectivo, plural y solidario entre taxistas. Lo que están haciendo es tratar de convertirlo en un sello privado», denuncia.
Ataque selectivo en un contexto electoral
El presidente de Élite Tenerife no duda en relacionar esta reclamación con un intento de influir en las elecciones internas del sector, que se celebran el próximo 21 de mayo. «Casualmente, también han lanzado una acción similar contra Élite Taxi Málaga, cuyo presidente era, hasta hace poco, el máximo responsable de la federación nacional. Y yo soy el vicepresidente. ¿No es demasiada coincidencia?», plantea.
Ojeda va más allá y sugiere que esta acción se inicia desde Tenerife, no desde Cataluña. «Hay actores locales, compañeros del sector que quieren dañar nuestra imagen y están utilizando sus contactos con Barcelona para atacar. No lo digo yo, lo dicen los hechos y la cronología», afirma.
Una cifra sin explicación ni base jurídica
El importe reclamado —84.000 euros— es, para Ojeda, «una cifra arbitraria, que nadie ha justificado». «¿Quién ha valorado eso? ¿Qué perito lo ha calculado? ¿Sobre qué base se determina un daño económico por el uso de un nombre compartido desde hace años? No hay demanda judicial, no hay registro que nos excluya del uso del término ‘Élite’. Solo hay amenazas verbales y una clara intención de desestabilizar», sostiene.
Apoyo mayoritario del sector
Élite Taxi Tenerife cuenta, según datos de las últimas elecciones internas, con el respaldo del 72% del sector en la capital tinerfeña. «Tenemos la confianza mayoritaria del gremio. Esta presión no va a romper eso. Al contrario, va a reforzar nuestra determinación de defender los intereses de los taxistas canarios», afirma Ojeda.
El nombre no se negocia
Ante la pregunta de si están dispuestos a modificar su denominación para evitar el conflicto, la respuesta del presidente es clara: «No vamos a cambiar el nombre. Somos Élite Taxi Tenerife y lo seguiremos siendo. No por ego, sino porque nos lo hemos ganado con trabajo, honestidad y años de servicio. Esta marca no se construye con papeles, se construye con hechos».
Mientras tanto, el conflicto entre ambas agrupaciones sigue abierto, pero sin visos de terminar en los tribunales a corto plazo. «No hay demanda judicial. Solo ruido. Y el ruido, cuando no va acompañado de argumentos, se lo lleva el viento», concluye Ojeda.