El economista y asesor fiscal Orlando Luján indica que el alto tribunal ha tenido que aclarar una cuestión que le correspondía a las administraciones públicas.
El Tribunal Supremo acaba de reconocer que un trabajador autónomo puede jubilarse o cesar en su actividad sin que con ello incumpla la reserva de inversiones materializada en inversiones realizadas en deuda pública canaria y otras de forma indirecta.
A juicio del economista y asesor fiscal Orlando Luján, el Supremo ha tenido que venir a aclarar cuestiones que tenían que haberse resuelto «mucho antes», lo cual «no es bueno», máxime cuando lo hace aplicando algo tan obvio como «el sentido común».
Una buena noticia para todos
Así, el alto tribunal aborda el caso de un autónomo que ha venido dotando y materializando la reserva de inversiones, y que en el momento de la jubilación la Comunidad canaria no le reconoce el derecho al ahorro inversor que tuvo: «Daba a entender que un autónomo nunca se podía jubilar».
Afirma que se trata tanto de una buena noticia para los autónomos, que podrán llevar a cabo la materialización de la RIC en cualquier momento de su actividad, como para la propia economía canaria, que se verá beneficiada por esas inversiones.