Cáritas refuerza su labor social con un nuevo centro para adicciones y sinhogarismo en Lomo Blanco

Inauguración de las nuevas instalaciones de Cáritas | Foto: Cáritas

Inauguración de las nuevas instalaciones de Cáritas | Foto: Cáritas

La secretaria general de Cáritas, Caya Suárez, explica que se trata de un espacio reformado tras varios años de inactividad y que anteriormente funcionó como guardería.

Cáritas Diocesana de Canarias ha inaugurado recientemente un nuevo centro en el barrio de Lomo Blanco, en Las Palmas de Gran Canaria, donde ha puesto en marcha el Proyecto Esperanza, destinado a personas con adicciones, y el programa de Alojamientos Alternativos, dirigido a personas en exclusión residencial. Ambos dispositivos, que antes funcionaban en Agaete y otros puntos, quedan ahora centralizados en unas instalaciones adaptadas a la nueva realidad social del archipiélago.

La secretaria general de Cáritas, Caya Suárez, explica que se trata de un espacio reformado tras varios años de inactividad y que anteriormente funcionó como guardería gestionada por el Patronato San José Artesano. «Es un lugar rehabilitado con criterios de accesibilidad y pensado para ofrecer una respuesta integral, tanto a nivel residencial como terapéutico, en el corazón de la ciudad y con vocación de barrio», afirma.

Vivienda, autonomía y acompañamiento integral

El programa de Alojamientos Alternativos cuenta con 13 plazas residenciales destinadas a personas que han superado etapas básicas como comedores sociales o duchas, y que ahora inician un proceso hacia la autonomía. «Necesitan un hogar donde descansar, convivir, aprender a gestionar su economía, su vida doméstica y prepararse para acceder a una vivienda digna», señala Suárez.

El objetivo es acompañar de manera psicológica, social y educativa a personas que ya han realizado un trabajo previo en otros dispositivos de Cáritas o han sido derivadas por entidades públicas. El equipo del proyecto incluye psicólogas clínicas y sociales, trabajadoras sociales, educadoras y monitores que guían a los participantes en su desarrollo personal y su reinserción comunitaria.

Proyecto Esperanza: deshabituación y terapia desde la inclusión

El Proyecto Esperanza, que durante más de 30 años ha ofrecido tratamiento a personas con adicciones, se traslada ahora a estas nuevas instalaciones con una unidad semirresidencial de 30 plazas diurnas y 4 plazas de apoyo residencial. «Es un modelo que trabaja de forma combinada aspectos biológicos, psicológicos, sociales y laborales», detalla Suárez.

Además de la intervención ambulatoria que continúa en la sede de Escaleritas, el nuevo centro permite iniciar procesos terapéuticos sin aislar a las personas. «Desde el minuto cero trabajamos la inclusión. No sacamos a la persona de la comunidad para tratarla, sino que la integramos en un entorno real desde el que puede rehacer su proyecto vital», subraya.

Un perfil cada vez más complejo

Cáritas constata un aumento sostenido en el número de personas en situación de calle y en especial de mujeres afectadas por sinhogarismo y adicciones. «El perfil que atendemos se ha complicado con la presencia de politoxicomanías y patologías duales, donde conviven adicciones y trastornos mentales», advierte Suárez. Esta complejidad obliga a desplegar más recursos y prolongar los procesos de acompañamiento.

«Cada vez es más difícil salir de la exclusión porque afecta a múltiples dimensiones de la vida: salud, ingresos, redes familiares, vivienda, empleo», añade. En 2024, los proyectos de Cáritas han atendido a más de 385 personas entre las modalidades residencial y ambulatoria, y para 2025 se prevé atender a unas 300 más.

Emergencia habitacional y pobreza cronificada

Suárez alerta de que la pobreza en Canarias se ha vuelto «más severa, más cronificada y más compleja». También apunta que no se trata solo de personas sin ingresos, sino de familias con empleos precarios que no pueden pagar un alquiler ni cubrir gastos básicos. «Es dramático ver cómo unidades familiares que trabajan terminan en la calle porque no llegan a fin de mes», sostiene.

Cáritas denuncia desde hace años una «emergencia habitacional» en las islas y apuesta por modelos de intervención intensiva que permitan dar respuestas sostenibles. «No se trata solo de dar techo, sino de devolver el protagonismo a las personas en su propio proceso de recuperación», concluye Suárez. El próximo 16 de junio, la entidad presentará su memoria anual con datos actualizados sobre sinhogarismo y vivienda en Canarias.