Eso fue lo que pasó ayer. Este comentario no le va a gustar nada a la empresa Endesa/Enel, antes Unelco. ¡Qué lejos queda Unelco y cuánto más lejos queda su canariedad! Como ustedes se percataron ayer este programa dejó de oírse a partir de las nueve de la mañana. Por culpa de un corte de luz efectuado de forma unilateral por Endesa. No fueron nuestros enemigos políticos ni fue una coyuntura propiciada por un problema técnico.
Francisco J. Chavanel
No es una cuestión de mala suerte, de sortilegios o de maleficios. Es sencillamente que hay gente que no es competente, que no hace bien su trabajo.
Eso fue lo que pasó ayer. Este comentario no le va a gustar nada a la empresa Endesa/Enel, antes Unelco. ¡Qué lejos queda Unelco y cuánto más lejos queda su canariedad! Como ustedes se percataron ayer este programa dejó de oírse a partir de las nueve de la mañana. Por culpa de un corte de luz efectuado de forma unilateral por Endesa. No fueron nuestros enemigos políticos ni fue una coyuntura propiciada por un problema técnico.
La única responsabilidad fue de la antigua Unelco. Dejó sin luz a nuestro edificio, a toda la manzana, y a varias construcciones adyacentes. Cuando pedimos una explicación se nos dijo la siguiente mentira: “Avisamos con anterioridad de un corte concertado entre las nueve de la mañana y la una”. El corte concertado no aparece en su página web. No hay información alguna de que pensaran causar un estropicio en la zona. Si hicieron alguna anotación o aviso fue clandestina.
Dijeron también que habían avisado a todos los afectados mediante boletines. Otra mentira más gorda que la anterior. No avisaron a nadie y les aseguro que hablamos con muchos de los perjudicados. Todo lo sucedido fue sorpresivo. La farmacia no pudo expender ni un solo medicamento, no funcionaban los ordenadores. Así pasaba con el resto. La estupefacción era general. El vecindario se reunía en la calle y hablada sobre lo ocurrido. Se escuchaban imprecaciones de impotencia. Nadie daba la cara.
¡Cómo han cambiado los tiempos en este sentido! Antes, cuando el operador general era exclusivamente Unelco/Endesa, cada vez que había un corte en cualquier lugar la marca tenía mucho cuidado en resolver el problema enseguida, no sea que aquello redundara en su prestigio, conllevara una multa o pusiera en peligro su función de operador. Esa experiencia la vivimos muchas veces. Protegían su imagen, se comportaban como profesionales preocupados de su labor.
Ahora ya no hablas con personas. Cuando localizas a una persona te responden con evasivas, huyendo del compromiso. Hablas con máquinas sin inteligencia ni artificial ni natural. Ya saben aquello de apriete esta tecla si quieren esto o lo otro. Te piden el número de abonado y a partir de ahí te sientas a esperar hasta el día siguiente. Durante las cuatro horas del apagón tu negocio no funciona. Te causan un problema de reputación sin tú tener nada que ver. Problemas con los anunciantes, con la audiencia, con un trabajo preparado con mimo que estás tirando a la basura por culpa de unos bastardos que se creen los reyes del mundo.
En nuestro caso particular lo teníamos bien fácil. Bastaba con desplazarnos a la sede de 7.7radio y hacer el programa desde allí como lo hicimos el día que fuimos inundados por una tubería desde el piso superior. Pero era imposible: nadie, absolutamente nadie, nos comunicó nada.
No sé si Endesa se habrá saciado lo suficiente con los beneficios que le caen del cielo a causa de la crisis. Pero tiene motivos de sobra. No tiene personal que atienda a los clientes; sus máquinas son inoperativas; distancian a la empresa de los problemas reales; todo eso son ahorros que terminan en la cuenta de resultados. Luego cuando escuchamos sus quejas quieren que seamos empáticos. Aún utilizan el viejo truco de demandar afecto por su viejo apellido canario, pero aquí ya no queda nada de canario, lo que hay es saqueo y devastación producido por una mayoría accionarial italiana no suficientemente satisfecha en su imparable codicia.
Es triste pero es la realidad. Endesa no deja de ser otra Red Eléctrica, dos empresas que contaminan con enorme pericia que pretenden blanquearse con las energías renovables, aunque eso sí: convenientemente dopadas por el dinero de la subvención.
Se han comportado como una máquina de destrucción. Con toda su prepotencia y su soberbia. De forma cobarde. No dando la cara. Actuando como una empresa robótica a la que lo único que le importa son sus magros beneficios.
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