Nel González: “La próxima ola puede ser la de la salud mental”

El presidente de la Confederación Salud Mental España aboga por una "estrategia global" y el refuerzo de la atención primaria para abordar este tipo de enfermedades.

El presidente de la Confederación Salud Mental España, Nel González, afirma que la próxima “ola” en el contexto de la pandemia de la covid-19 puede ser la de la salud mental. Así se refleja en el estudio “Salud mental y covid-19, un año de pandemia”, realizado por esta organización con treinta y ocho años de existencia y presencia en todas las comunidades españolas. Originariamente, la Confederación Salud Mental España fue creada por las familias de enfermos mentales tras el cierre de las instituciones psiquiátricas. Hoy se orienta a “dar cogida, apoyo e información buscando el bienestar de las personas”.

Pandemia y crisis económica

González señala que la pandemia ha ocasionado la paralización de los procesos de rehabilitación y los tratamiento de muchas personas que tenían alguna patología mental. A esto se suman las personas que, durante la pandemia, han sufrido trastornos del sueño, depresión y estrés producto de la incertidumbre de la situación: “Pensamos que esto no va a acabar aquí por la gravísima crisis económica que vendrá a continuación y que supondrá desempleo y empobrecimiento económico”.

A este respecto, indica que no son pocos los expertos que auguran una “ola” que será la de la salud mental, situación que tendremos que afrontar con unos medios que son “la pariente pobre de la atención sanitaria”. Señala que, por este motivo, se ha de reivindicar la atención a la salud mental como derecho: “Si esto no es una prioridad de las administraciones públicas tendremos un problema”.

Promoción integral de la salud mental

Afirma que buena parte de la atención a la salud mental se sustancia en la prescripción de psicofármacos a través de los médicos de atención primaria: “Hacen lo que pueden, pero pensamos que debemos avanzar hacia un cambio proactivo de promoción de la salud mental”. Afirma que la sociedad no puede permanecer “sonriendo” cuando muchas personas están sufriendo: “Hay que atacar el problema de base y no solo atacar los síntomas”.

Considera necesario normalizar los problemas que son habituales en la vida, como sucede en las relaciones de pareja o con los hijos, y la mejor forma de hacerlo es hablando de ellos, pues, si no, se estará haciendo un ejercicio de “escapismo”.