El profesor del CIFP Zonzamas de Arrecife, Gonzalo Jaén, reivindica más educación financiera en las aulas de Lanzarote.
El profesor del CIFP Zonzamas de Arrecife, Gonzalo Jaén Ballester, defiende que la educación financiera debería ocupar un lugar central en el currículo desde edades tempranas, porque condiciona la autonomía económica del alumnado y su capacidad para desenvolverse en un mercado laboral cada vez más exigente. Desde su módulo de Itinerario Profesionalizador para la Empleabilidad I y II, trabaja a diario con jóvenes de grado medio y superior que, en pocos años, deberán tomar decisiones sobre salarios, préstamos, emprendimiento y planificación profesional.
Educación financiera desde la base
Jaén subraya que los contenidos económicos aparecen ya en la ESO y el Bachillerato, aunque habitualmente en clave macro, centrados en variables como PIB, renta familiar o renta per cápita. Sin embargo, considera que la FP permite un enfoque más práctico y pegado a la realidad, que vincula directamente el aprendizaje con la vida laboral que el alumnado comenzará a experimentar incluso durante la propia formación, gracias al modelo de FP Dual: «Cuando empiezan a ver una nómina o a entender un convenio colectivo, despierta en ellos por primera vez la idea del ahorro», explica.
Del plan de negocio a la viabilidad real
En su módulo, el alumnado desarrolla un plan de negocio completo, desde el análisis de inversiones y gastos hasta la financiación y el cálculo del umbral de rentabilidad. Se trata de aplicar conceptos básicos —diferencia entre gasto e inversión, amortización de préstamos, TAE, comisiones— a la planificación de una empresa viable. Esta metodología les permite interiorizar cómo funciona un negocio real y les prepara para el autoempleo: «Con ideas sencillas y presupuestos ajustados se puede emprender, siempre que se entiendan bien los números», afirma Jaén.
Emprendimiento como alternativa
El profesor destaca que el módulo incorpora técnicas para identificar las competencias emprendedoras, desde la tolerancia al riesgo hasta la capacidad de iniciativa. El alumnado realiza test de perfil, diseña ideas de negocio vinculadas a su ciclo formativo y evalúa su viabilidad económica. Esta experiencia, asegura, resulta reveladora para muchos jóvenes que llegan sin una orientación clara y que descubren en la FP caminos laborales que no se habían planteado.
Cultura preventiva y costes laborales
Jaén también aborda con su alumnado las consecuencias económicas de las bajas laborales, explicando cómo afectan a salarios, cotizaciones y organización interna de una empresa. A través del estudio del derecho laboral, el alumnado aprende a calcular nóminas, identificar cotizaciones y comprender el impacto del absentismo en los costes de una compañía.
Las habilidades sociales como herramienta económica
El módulo incluye además un bloque dedicado a las soft skills —comunicación, resolución de conflictos, comportamiento ético— que el profesor considera determinantes para la convivencia laboral y el rendimiento profesional. Se trabajan mediante role playing, simuladores y ejercicios prácticos que permiten al alumnado reconocerse, mejorar su interacción con el entorno y prepararse para un empleo donde el trato con clientes y compañeros es esencial: «Muchos alumnos se redescubren: identifican sus habilidades y comienzan a aplicarlas en su día a día», señala.
Un salto cualitativo en solo dos años
Jaén defiende que la FP permite un desarrollo personal acelerado: «En dos años dan un salto enorme; llegan sin rumbo y salen con un proyecto claro, ya sea emplearse o emprender». Por eso insiste en que reforzar la educación financiera y las competencias profesionales no es solo una necesidad académica, sino una inversión directa en la estabilidad futura de los jóvenes y en la mejora del tejido productivo de Canarias.