José Luis Trenzado: “En la ULPGC, la cultura fue un páramo en el mandato anterior”

José Luis Trenzado Diepa, vicerrector de Cultura, Deportes y Activación Social de la ULPGC en los estudios de El Espejo Canario

José Luis Trenzado Diepa, vicerrector de Cultura, Deportes y Activación Social de la ULPGC en los estudios de El Espejo Canario

El vicerrector de Cultura, Deportes y Activación Social aspira a que el espacio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sea un centro de atracción de la vida social y cultural de la isla.

El vicerrector de Cultura, Deportes y Activación Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Luis Trenzado Diepa, afirma que la palabra “páramo” es a la más que se acerca a la descripción de las políticas cultural del anterior equipo rectoral dirigido por Rafael Robaina: “La cultura no tenía el papel que yo creo que debería tener”.

“Es necesario reactivar la cultura”

Señala que el presupuesto para las actividades culturales se limita a 120.000 euros, algo que “no está a la altura del cometido y que hay que complementar con la voluntad y la búsqueda de aliados”. No obstante, afirma que la voluntad del actual equipo rectoral es la de potenciar el crecimiento de este sector porque “es necesario reactivar todo”. 

A modo de ejemplo, indica que el paraninfo, la sala magna de la universidad, y aunque no llega a las características de un teatro, goza de posibilidades como espacio escénico. Por ese motivo, Trenzado quiere darle continuidad y regularidad a un programa de actividades. Entre ellas, recuperar los conciertos de la Orquesta Maestro Valle, dirigida por José Brito, y que fue desligada de la universidad en la última etapa de Robaina. Ya se han realizado dos conciertos. 

Asimismo, se ha puesto en marcha el aula de jazz y de música actual, así como un espacio para exposiciones plásticas, comenzando por una muestra del artista Pedro Lezcano Jaén.

Activación Social

El área de Activación Social tiene por finalidad evitar la actitud “gaviota” de muchos estudiantes, que “tocan la superficie de la universidad y se van porque no encuentran nada que les haga quedarse en el entorno”. Así, señala que la cafetería del edificio de Humanidades, una de las más emblemáticas de la ciudad, estuvo cerrada durante cuatro años “y no fue culpa de la pandemia, sino que se canceló la licitación y no se renovó”. Se pretende así contribuir a la formación integral del alumno, de tal forma que la Universidad influya en él, más allá de los conocimientos que proporciona cada itinerario formativo.