Gonzalo Marrero: «Todo lo que estamos viendo está planificado»

Gonzalo Marrero en los estudios de El Espejo Canario

Gonzalo Marrero en los estudios de El Espejo Canario

➤ «Quien piense que las cosas están surgiendo por generación espontánea está equivocado. El neoliberalismo descarta personas que sobran» ➤ «El ejército más poblado del mundo es el de la pobreza.» ➤ «En Cáritas vamos a seguir aguantando. Podremos hacer menos si se reducen los recursos, pero vamos a continuar»

El director de Cáritas Diocesana de Canarias, Gonzalo Marrero, sostiene que el desmantelamiento del Estado del bienestar «no es fruto del azar», sino el resultado de una estrategia global «planificada» en la que la ideología neoliberal impone la lógica del «descartar» a quienes «sobran en el sistema». «Quien piense que las cosas están surgiendo por generación espontánea está equivocado. Está planificado», afirma, al tiempo que advierte de que «el ejército más poblado del mundo es el de la pobreza» y que su crecimiento «está también planificado». 

El Estado del bienestar, en retroceso

Marrero enmarca el momento actual en una deriva en la que «se dilapida» lo construido tras la Segunda Guerra Mundial. Vincula ese proceso a la globalización y a la hegemonía de «una ideología neoliberal» que, a su juicio, ha favorecido «una transferencia de riqueza desde los lugares con menos dinero hacia los que tenían más». «Estamos en un proceso donde parece que las fuerzas que van a hacerse cargo del mundo son de extrema derecha, pero con ideología neoliberal en lo económico», dice. 

«Descartar» a quienes sobran

Apoyándose en un giro conceptual popularizado por el papa Francisco, Marrero subraya que la categoría de «marginalidad» ha sido sustituida por la del «descartado»: «El neoliberalismo descarta personas que sobran. Que sobran en el sistema», recalca. Para el director de Cáritas, esa mirada legitima políticas que agrandan las brechas sociales y normalizan la exclusión. 

Desigualdad extrema y riqueza concentrada

Marrero denuncia «la generación más rica de la historia» junto a «cifras exorbitantes» de acumulación en pocas manos. «Somos incapaces de saber exactamente lo que significan esas cifras», apunta, citando ejemplos de fortunas «que ganan 100.000 millones en un año». A la vez, sostiene que «tenemos capacidad para producir alimentos para 24.000 millones de personas», pero el problema «no es de producción, sino de distribución», como evidencian «las estadísticas sobre la cantidad de comida que se tira». 

Salud mental: la factura invisible

Preguntado por el impacto emocional del contexto, Marrero describe «un aumento importante» de los problemas de salud mental en España y en Canarias, con la depresión como cuadro más extendido. «Nos quedamos tocados después de la pandemia», admite, y advierte del riesgo de «perder la lucidez» ante una realidad «pervertida» que muchas veces se niega «ingenuamente» hasta que alcanza a las propias familias. «La lucidez es lo más importante que tiene el ser humano y cuando se pierde, perdemos nuestra humanidad», subraya. 

Pandemia y vulnerabilidad económica

Marrero sostiene que la covid-19 aceleró dinámicas económicas previas y dejó a miles de hogares ante el abismo. Relata el caso de una pareja joven con dos hijos y «6.000 euros mensuales en economía sumergida» que, al paralizarse la construcción, «lo pierde todo» y termina «yendo a Cáritas a buscar comida». «Cualquier persona puede perderlo todo», resume, y apunta a un fenómeno creciente de «trabajadores pobres» que, pese a jornadas de 40 horas, «no llegan» a cubrir gastos básicos. 

Vivienda y coste de la vida

El director de Cáritas describe una escalada de costes que golpea con más dureza a los vulnerables: «La factura de la luz, del agua, del teléfono, de la alimentación… están aumentando». En Canarias, señala, el umbral orientativo del 30% del salario destinado a la vivienda «se está disparando hacia arriba» y «ya hay zonas donde esto está llegando al 45% del salario que se percibe». 

Tecnología, empleo y el papel de Cáritas

Ante la automatización, Marrero no descarta que «llegue a Cáritas una persona que diga que ha sido despedida y que en su lugar le han puesto un robot». Mientras, la organización mantiene su presencia: «Nosotros vamos a seguir aguantando. Podremos hacer menos si se reducen los recursos, pero vamos a continuar», afirma, reivindicando el compromiso de sus voluntarios y el respaldo social. 

Una llamada a la lucidez

Marrero concluye con una apelación cívica: «La única manera que tenemos de vivir y de afrontar los problemas es no perder la lucidez». Avisa contra el «limbo» de pensar que «esto aquí nunca va a pasar» y anima a mirar de frente una realidad en la que «hay cada vez más gente sin hogar, más pobreza y más dificultades para sobrevivir» junto a bolsillos de riqueza sin precedentes. «Vamos a seguir ahí porque lo que hacemos es un compromiso personal que afecta a la sociedad», afirma.