El Gobierno canario proyecta una Consejería de Interior con dos edificios bunkerizados

Gustavo Armas (izq.) y José Julian Isturitz (dcha.) | EL ESPEJO CANARIO

Gustavo Armas (izq.) y José Julian Isturitz (dcha.) | EL ESPEJO CANARIO

Jose Julián Isturitz, director general de Patrimonio y Contratación, y Gustavo Armas, director general de Seguridad y Emergencias, señalan que cambiará la filosofía de la seguridad y las emergencias.

El Gobierno canario proyecta una macro Consejería de Interior que reúna todos los servicios de seguridad y emergencia y cuya sede serán dos edificios bunkerizados en cada una de las islas capitalinas, según detallan José Julián Isturitz, director general de Patrimonio y Contratación, y Gustavo Armas, director general de Seguridad y Emergencias.

Se trata de dos edificios que estarán protegidos contra el riesgo volcánico y posibles  elementos adversos, en un área de 15.000 metros cuadrados en cada una de las dos islas mayores. Albergarán los centros de coordinación de todos los servicios 24/7, es decir, los que requieren de un funcionamiento las veinticuatro horas del día los 365 días del año: 112, teléfono contra la violencia de género, teleasistencia o teléfono de información 012, que ahora están dispersos y en régimen de alquiler. Ambos expertos coinciden en que, debido a sus requerimientos, estos edificios tendrán que ser de nueva construcción, algo para lo que ya se dispone de un terreno cerca del muñeco de nieve en la zona de Taco en Tenerife.

Jugar en Primera División

Los edificios tendrán que poder suplirse entre sí, es decir, serán dos edificios iguales tecnológicamente, funcionando en forma de “espejo”. Cada edificio, de cuatro plantas, albergará unos 500 trabajadores: “Canarias está ya jugando en primera división. En 25 años se ha pasado de la pita del coche y el pañuelo blanco a tener una gran cantidad de servicios y ahora se pasa a otra cosa”.

El Gobierno canario desea que las obras comiencen en enero del año 2022 y que se construya veinticuatro horas al día, para que estén terminados en un año y medio. No obstante, su puesta en funcionamiento óptimo se puede demorar algún tiempo más. Las obras, asegura Isturitz, no va a suponer un modificado presupuestario, “salvo algún contratiempo muy excepcional”.