➤ «Democracia Canarias XXI nace para unir voces plurales y recordar que el respeto al adversario es parte esencial del juego democrático» ➤ «No queremos convertirnos en un partido, sino en una plataforma para el pensamiento, la crítica y la acción democrática» ➤ «Si no involucramos a los jóvenes, si no defendemos los valores comunes, perderemos lo que tanto costó conquistar»
«La democracia no es eterna. Hay que protegerla, cuidarla y reconstruirla cada día». Con esta premisa, el exalcalde de Las Palmas de Gran Canaria Emilio Mayoral regresa a la vida pública como presidente de la recién creada asociación Democracia Canarias XXI, una plataforma que busca movilizar a la ciudadanía en defensa de los principios y valores democráticos. El proyecto arranca con más de 130 personas asociadas en solo dos meses y una hoja de ruta clara: fomentar la participación activa de la sociedad civil, defender el pluralismo político y trabajar con los jóvenes para consolidar una cultura democrática real.
Mayoral, que en su día fue también presidente de la Autoridad Portuaria y diputado regional por el PSOE, aclara que esta iniciativa no tiene vocación partidista. «Nos dirigimos a todos, desde todas las ideologías democráticas. No somos un partido ni lo seremos. Somos un espacio de encuentro donde caben profesores, médicos, estudiantes, sindicalistas, empresarios, jueces, periodistas… todos los que crean que la democracia merece ser defendida desde la razón, la palabra y el respeto», afirma.
Un primer acto con lleno total y diversidad ideológica
La presentación de la asociación, celebrada hace dos semanas en el Hotel Santa Catalina de la capital grancanaria, reunió a más de 250 personas de muy diversos perfiles. «El 80% no pertenecía a ningún partido, y entre los asistentes había representantes de casi todas las formaciones: PP, PSOE, Nueva Canarias, Sumar, Podemos, Unidos por Gran Canaria, Coalición Canaria… Todos menos Vox, porque no compartimos ni sus métodos ni sus ideas», puntualiza Mayoral.
Ese pluralismo deliberado es uno de los pilares de la asociación. «No venimos a polarizar, sino a reconciliar. En mi época de alcalde, me enfrenté en las urnas a adversarios políticos con los que luego mantuve amistad y respeto. Eso es lo que queremos recuperar: la posibilidad de disentir sin destruir», explica.
Un calendario de actividades para llevar la democracia a cada municipio
Democracia Canarias XXI no quiere ser solo una etiqueta. Su plan de trabajo ya está en marcha con múltiples actividades en colaboración con ayuntamientos, cabildos y universidades. En Santa Lucía, por ejemplo, preparan una jornada sobre inclusión y no discriminación, aprovechando que el municipio alberga a 112 nacionalidades. En Gáldar organizarán talleres con jóvenes de secundaria durante la semana de participación democrática. Y en San Bartolomé de Tirajana participarán en la Universidad de Verano con una mesa sobre «Europa, espacio de libertad y democracia», donde intervendrán eurodiputados canarios y periodistas especializados.
El objetivo es claro: acercar los valores democráticos a todos los rincones del archipiélago. «Si no involucramos a los jóvenes, si no hablamos su lenguaje y no les transmitimos la importancia de votar, de pensar, de dialogar, estaremos perdiendo el futuro de nuestra convivencia», advierte Mayoral.
Contra la desafección, más pedagogía democrática
Uno de los diagnósticos más compartidos por los impulsores de la asociación es el desgaste de la confianza ciudadana en los partidos y en las instituciones. «La gente desconecta cuando ve que el debate político se convierte en una pelea de tertulianos que repiten el argumentario de sus partidos como loros. Eso erosiona la fe en el sistema», denuncia el presidente de la asociación.
Frente a ese panorama, Democracia Canarias XXI propone pedagogía democrática: debates plurales, pensamiento crítico, análisis riguroso. «Estamos preparando un gran encuentro en noviembre sobre Cultura y Democracia en Las Palmas de Gran Canaria. Porque sin cultura democrática, no hay democracia real», afirma.
Una iniciativa con vocación expansiva, pero sin prisas
De momento, la asociación se consolida en Gran Canaria, pero no descarta extenderse al resto del archipiélago. «Vamos paso a paso, con los pies en la tierra. No tenemos aún subvenciones porque no cumplimos el requisito de antigüedad, así que trabajamos con el apoyo logístico de las instituciones, sin pedir dinero, solo espacios y colaboración», explica Mayoral. «Pero sí, la idea es crecer, porque esta preocupación no es local: es insular, canaria, nacional y europea».
Una respuesta ciudadana a un momento de riesgo democrático
El contexto global refuerza el mensaje de la asociación. Mayoral alerta del auge de liderazgos autoritarios y movimientos ultranacionalistas que ya erosionan democracias consolidadas. «Trump, Putin, y otros actores están mostrando al mundo cómo se desmantela una democracia desde dentro. Europa es un oasis, pero frágil. No podemos dormirnos», afirma.
Por eso lanza una llamada: «Este es un momento para dejar de ser espectadores. Hay que convertirse en activistas de la democracia. No con pancartas, sino con ideas, con argumentos, con compromiso cívico. Porque, como siempre dice la historia, lo que no se defiende, se pierde».