Elena Vigil: «Las clínicas concertadas son una herramienta para ayudar a la sanidad pública y reducir la espera»

Elena Vigil en el set de El Espejo Canario en Hospitales Universitarios San Roque

Elena Vigil en el set de El Espejo Canario en Hospitales Universitarios San Roque

➤ «Creo y soy una gran defensora de la sanidad pública» ➤ «Un concurso no puede obligar a una clínica a perder dinero» ➤ «Siempre hay un pez más grande que te come al más pequeño en la captación de profesionales»

La gerente de la Clínica Cajal, Elena Vigil Alonso, defiende con firmeza el papel de los centros concertados como apoyo esencial para aliviar la presión asistencial del Servicio Canario de Salud. «Las clínicas concertadas son una herramienta que se le brinda al ciudadano y a las que no se les tiene que temer», afirma, convencida de que acelerar pruebas e intervenciones no es una cuestión ideológica, sino de calidad de vida: «A mí me parece que un señor o una señora que está en una lista de espera para unas cataratas y que se las hace en seis meses en vez de esperar año y medio… eso es ayudar».

Un proyecto de renovación para los 70 años de la Clínica Cajal

La gerente adelanta que 2026 será un año clave para la institución, que celebra siete décadas desde su fundación. «Queremos mantenernos en la tradición, pero seguir hacia la modernidad y la tecnología», señala, convencida de que la calidad asistencial pasa por actualizar procesos e infraestructuras. Vigil, que asume el cargo este mismo año tras su paso por gerencias de clínicas privadas ambulatorias, afirma sentirse respaldada por un equipo cohesionado: «Creo que hacemos un gran equipo y nos encontramos muy cómodos».

Un modelo de concertación útil, pero con límites económicos

Aunque defiende la concertación, Vigil reconoce tensiones derivadas de los concursos públicos: «Una empresa no va a un concurso a perder dinero». Recuerda que el último procedimiento se queda desierto porque las condiciones económicas no permitían cubrir los costes: «Todos sabemos los costes salariales, lo que han subido en los últimos años, y entonces no te salen los números». Espera que el nuevo concurso revise los importes para que el modelo pueda seguir funcionando como soporte real del sistema público.

La competencia feroz por los profesionales

La gerente admite que la captación y retención de sanitarios es uno de los grandes problemas del sector: «Tenemos un problema de déficit profesional». Explica que la fuga de talento sigue un patrón en cascada: «De las privadas se van al Servicio Canario de Salud; del Servicio Canario de Salud se van a la península; y de la península se van al norte de Europa. Siempre hay un pez más grande que te come».

La consecuencia es una plantilla «movible», con sobrecarga para quienes permanecen formando a quienes llegan y con sueldos difíciles de sostener en el ámbito privado. Aun así, la clínica presume de estabilidad en su bloque quirúrgico, donde mantiene un equipo consolidado.

Inversión millonaria para ampliar complejidad quirúrgica

La Clínica Cajal ultima una reforma profunda de su bloque quirúrgico que incluye la puesta en marcha de una unidad de cuidados especiales (UCI) y una unidad de reanimación, indispensables —asegura— para abordar procedimientos más complejos con garantías de seguridad. «Si queremos hacer intervenciones de mayor complejidad con seguridad, tienes que tener una UCI. No puedes ser kamikaze», afirma.

La inversión ronda el millón de euros e incorpora equipamiento como un arco en C, un dispositivo radiológico que permite realizar procedimientos vasculares o implantar marcapasos dentro del quirófano. A estas mejoras se suma la planta de oxígeno propia inaugurada en 2024, que aporta autonomía y eficiencia energética.

Un estado del bienestar tensionado, pero no irreversible

Preguntada por el futuro de la sanidad, Vigil rechaza los discursos fatalistas: «No creo que estemos en una situación de no retorno». Sí reconoce diferencias marcadas entre comunidades autónomas —«en el País Vasco no se plantean este problema»— y expresa preocupación por el incremento del gasto militar y su impacto en los recursos sociales: «Probablemente lo sacarán del estado del bienestar».

La gerente subraya también la complejidad del reto sociosanitario. Relata casos de pacientes con alta médica que no abandonan la clínica porque las familias prefieren retener la pensión antes que aceptar una residencia o activar la ayuda domiciliaria: «Son temas muy complejos para aguantar tanta persona mayor, cada una con sus circunstancias».

Tecnología, IA y el papel insustituible del criterio humano

Aunque admite que le da algo de «miedo» la inteligencia artificial aplicada sin control, Vigil reconoce que su uso será inevitable en el futuro. «No me fío a ciegas ni de mí misma», señala con ironía. Considera que la tecnología puede apoyar la gestión, pero siempre bajo supervisión experta: «Si pones una persona inteligente a tomar decisiones, entonces yo no necesito de la inteligencia artificial».