El responsable del programa, Antonio Torres explica que el consumo de alcohol entre menores se ha normalizado en la sociedad hasta el punto de que «los adolescentes lo ven como algo natural»
El 74,1% de los estudiantes canarios de entre 12 y 18 años ha probado alguna vez el alcohol y el 61,4% lo ha hecho en el último mes. Ante estas cifras, la Dirección General de Salud Pública de Canarias intensifica su estrategia preventiva en los centros educativos a través del programa ITES Plus.
El responsable del programa, Antonio Torres, explica que el consumo de alcohol entre menores se ha normalizado en la sociedad hasta el punto de que «los adolescentes lo ven como algo natural porque lo observan en los adultos». Frente a esa cultura permisiva, el Gobierno de Canarias aplica desde 2014 una intervención educativa sistemática que abarca desde primero a cuarto de la ESO, con talleres que combinan información científica con herramientas de comunicación y pensamiento crítico.
Enseñar a los adolescentes a decir no
El programa ITES Plus no se limita a explicar qué es el etanol o cuáles son sus efectos, sino que enseña a los adolescentes a decir no. «Nos hemos encontrado con muchos jóvenes que no querían beber pero lo hacían por presión social», señala Torres. La estrategia busca fortalecer la autonomía y la autoestima de los estudiantes para que no se vean obligados a imitar el comportamiento del grupo. «Proponemos consumo cero porque a estas edades cualquier cantidad puede ser perjudicial», subraya.
Torres advierte de que el modelo de consumo ha cambiado radicalmente: antes era diario y moderado, vinculado a bebidas fermentadas como el vino o la cerveza. Ahora se trata de alcoholes destilados, consumidos de forma intensa y concentrada los fines de semana. Es un patrón «importado de otros países» que incrementa el riesgo de comas etílicos y que convierte al botellón en una práctica especialmente dañina. «El botellón es la peor manera de consumir alcohol», afirma con rotundidad.
Las chicas consumen más que los chicos
Un dato preocupante es el aumento del consumo en chicas adolescentes, que ya superan a los chicos en todos los tramos de edad entre los 12 y los 18 años. El alcohol produce un efecto más intenso en el organismo femenino, lo que incrementa su vulnerabilidad. El programa ITES Plus trabaja específicamente este enfoque para alertar de los riesgos diferenciados que enfrenta cada grupo.
Desde Salud Pública se insiste en la importancia del entorno familiar como barrera de protección. «El ejemplo de padres y madres es clave: si beben delante de sus hijos, transmiten la idea de que el alcohol es parte natural de la vida», sostiene Torres. También señala el papel que juegan los adultos en el acceso de los menores a estas sustancias, ya sea comprando directamente para ellos o facilitándoles alcohol en casa.
El balance de ITES Plus es positivo: ha disminuido el número de jóvenes que prueban el alcohol, así como el de borracheras. No obstante, Antonio Torres insiste en que queda mucho por hacer: «El consumo precoz de alcohol en Canarias se mantiene en niveles preocupantes. La adicción en la edad adulta está relacionada con el número de borracheras en la adolescencia. Por eso, cuanto antes se actúe, mejor».