Los impactos del cambio climático, una realidad presente en Canarias

Aridane González | Foto: Gobierno de Canarias

Aridane González | Foto: Gobierno de Canarias

Aridane González, presidente del Comité de Personas Expertas para el Cambio Climático de Canarias, alerta sobre la urgencia de actuar ante una crisis climática que ya afecta a las costas, la salud y la seguridad de las infraestructuras del archipiélago.

El cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una emergencia actual. Así lo afirma de forma contundente Aridane González, doctor en Ciencias Químicas y presidente del Comité de Personas Expertas para el Cambio Climático, la Economía Circular y Azul de Canarias, quien también forma parte del Comité de la Agenda 2030. Desde su papel asesor al Gobierno canario y su participación en proyectos europeos como Arsinoe y Natallie, González lanza un mensaje claro: Canarias está en la primera línea del impacto climático, y actuar ya no es una opción, sino una obligación.

«Las islas son más vulnerables que los territorios continentales por su aislamiento, sus limitaciones territoriales, su dependencia exterior y su exposición directa a fenómenos extremos», explica. Esta afirmación no es una opinión, sino un consenso respaldado por organismos como el IPCC, el panel intergubernamental de expertos en cambio climático de la ONU.

El mar se calienta: biodiversidad alterada y nuevas amenazas

Uno de los datos más alarmantes que aporta González tiene que ver con el calentamiento del océano alrededor de Canarias, medido en la estación oceanográfica STOC, al norte del archipiélago. «En los últimos años, el mar no baja de los 19 °C en invierno, algo inédito. Y en verano hemos registrado hasta 1,7 grados más de lo considerado normal, lo que equivale al umbral que el IPCC alerta para finales de siglo», afirma.

Este aumento provoca cambios drásticos: aparición de especies tropicales, proliferación de cianobacterias, expansión de algas invasoras como la japonesa que afecta a San Cristóbal y aumento de la presencia de toxinas como la ciguatera en peces de mayor tamaño. Todo esto tiene consecuencias para la pesca, el turismo, la biodiversidad y la salud humana.

La costa, en riesgo: playas, puertos, carreteras y hasta aeropuertos amenazados

El experto destaca que el retroceso del litoral ya se percibe en playas como Las Canteras, que podría perder gran parte de su extensión durante este siglo. Pero lo más preocupante, dice, no es solo la pérdida paisajística, sino la afección a infraestructuras críticas. «Desaladoras, depuradoras, centrales térmicas, carreteras y aeropuertos como los de Fuerteventura o Lanzarote están en zonas inundables. Si no actuamos, comprometeremos el bienestar básico de la población», alerta.

También destaca la frecuencia creciente de calimas extremas desde 2020, con impactos medibles en la salud respiratoria y cardiovascular de la población, según datos del CSIC.

Negacionismo climático: una amenaza para la sociedad del conocimiento

González denuncia con firmeza el auge del negacionismo climático, alentado desde discursos políticos irresponsables. «No se puede jugar con la ciencia. El 97% de la comunidad científica mundial sostiene que el cambio climático es causado por la actividad humana. Negarlo es despreciar el conocimiento y someter a la sociedad a la ignorancia», afirma.

Lamenta que en plena era de los datos muchas personas sigan creyendo en fuentes no contrastadas y en bulos difundidos en redes sociales. «Es urgente recuperar el respeto por la evidencia científica», dice, y recuerda que Canarias cuenta con dos universidades públicas con proyección internacional en investigación climática.

Cambio transversal, respuesta integral

Para González, uno de los mayores errores es pensar que el cambio climático es solo un problema ambiental. «El clima afecta a la salud, al empleo, a la agricultura, a la energía, al turismo, a la movilidad. Es un problema estructural que exige respuestas transversales», afirma.

Aunque reconoce que la ciudadanía muestra cada vez más preocupación por estos temas, también señala que las urgencias cotidianas muchas veces relegan el problema climático a un segundo plano. «La concienciación crece, pero necesitamos más educación ambiental y más integración de estos temas en los medios, en las escuelas y en la política», defiende.

La ciencia, todavía «la María» de los presupuestos públicos

González lamenta que, a pesar del discurso institucional, la ciencia siga sin ser una prioridad real para los gobiernos. «Se sigue considerando un gasto cuando en realidad es una inversión estratégica. Una sociedad sin ciencia es una sociedad más pobre, más dependiente y con menos capacidad para enfrentar el futuro», sostiene.

Reclama más apoyo a la investigación aplicada, más conexión entre científicos y tomadores de decisiones y una apuesta decidida por proyectos que combinen conocimiento, planificación y acción. «El futuro de Canarias depende de lo que hagamos hoy», concluye.