“Siempre hay razones para vivir”: Canarias afina su red de prevención del suicidio

Campaña “Siempre hay razones para vivir”

Campaña “Siempre hay razones para vivir”

El doctor en Psiquiatría Francisco Acosta, técnico de la Dirección General de Salud Mental y Adicciones del Gobierno de Canarias, subraya que la prevención «es posible» si se actúa a varios niveles y con toda la sociedad implicada.

El doctor en Psiquiatría Francisco Acosta, técnico de la Dirección General de Salud Mental y Adicciones del Gobierno de Canarias, subraya que la prevención del suicidio «es posible» si se actúa a varios niveles y con toda la sociedad implicada: sistema sanitario, centros educativos, medios de comunicación y familias. «La Organización Mundial de la Salud insiste en que el suicidio es prevenible», recuerda, pero advierte de que «si no se involucran todas las instituciones, es francamente complicado». Su mensaje central enlaza con el lema de este año: «Siempre hay razones para vivir». 

El último dato consolidado sitúa en 241 las muertes por suicidio en Canarias en 2023, una tasa de 10,94 por 100.000 habitantes. Acosta matiza que se trata de la «primera causa de muerte no natural» y que, en población infanto-juvenil, aparece entre las primeras causas de mortalidad en distintos estudios. «Es un número importante», admite, y precisamente por ello centra el esfuerzo institucional en prevención y detección precoz. 

De la planificación a la intervención

La Consejería de Sanidad trabaja con un Programa de Prevención de la Conducta Suicida que fija un marco estratégico y ha impulsado varias líneas: mejora de los sistemas de información y de registro; formación específica para profesionales sanitarios y no sanitarios —incluidos periodistas, orientadores y docentes—; una herramienta de consulta rápida para la Atención Primaria; campañas de sensibilización; y la puesta en marcha de la web stocksuicidiocanarias.com, concebida para población general, personas en riesgo, familiares, allegados y profesionales. «Tener datos fiables es clave, pero también dotar de recursos y pautas a quien está en primera línea», resume. 

Protocolo ante señales de riesgo

Una de las novedades es el protocolo ya publicado e «implementándose» para actuar cuando en un centro educativo se detecta riesgo suicida. La guía estandariza pasos y circuitos de derivación, y da herramientas al profesorado para no actuar en soledad. «Era imprescindible», afirma Acosta, porque la escuela es un observatorio privilegiado para detectar cambios bruscos de conducta, verbalizaciones o retraimiento. 

Señales de alerta: lo que no debemos pasar por alto

El psiquiatra distingue indicadores verbales y conductuales. Entre los primeros, expresiones de desesperanza («lo veo todo negro», «no hay salida»), la verbalización directa de ideas de suicidio, la manifestación de intención y, de forma especialmente preocupante, la existencia de un plan concreto. Entre las conductas, la búsqueda de medios para llevarlo a cabo, la investigación en internet sobre el tema o «arreglar asuntos importantes» —por ejemplo, hacer testamento o despedidas explícitas o veladas—. Todo ello exige actuar y pedir ayuda. 

El retraimiento social —desconexión de amigos, familia y actividades— es una señal «indirecta», advierte: puede delatar un episodio depresivo que, a su vez, incrementa el riesgo. «Primero hay que valorar y tratar el posible trastorno; la depresión se asocia a mayor riesgo de suicidio», explica. 

Tiempos distintos para realidades distintas

No hay una pauta única: en trastornos crónicos, el seguimiento debe ser de por vida; en un episodio depresivo, «un mínimo de varios meses, preferiblemente de un año»; y hay casos de conducta suicida impulsiva sin trastorno de base en los que la vigilancia puede ser más acotada si el resto de factores son favorables. «Cada persona es un mundo; por eso las respuestas tienen que ser individualizadas», apunta. 

Cualquier adicción daña el estado emocional, el rendimiento personal y las relaciones, y se asocia con depresión y otros trastornos mentales. Además, sustancias como el alcohol pueden actuar como desencadenante inmediato: «Alguien vulnerable, bajo los efectos de tóxicos, puede hacer algo que nunca haría en condiciones normales». De ahí la importancia de abordar consumo y salud mental de forma integrada. 

Recursos de ayuda y llamada a la corresponsabilidad

Acosta valora la línea 024 «Llama a la Vida», dependiente del Ministerio de Sanidad, como recurso nacional de atención inmediata, y recuerda que en Canarias el 1-1-2 es la puerta de emergencia. La web stocksuicidiocanarias.com concentra materiales, guías y contactos útiles. «La prevención del suicidio debe implicar a toda la sociedad», insiste: profesionales, instituciones, medios y ciudadanía.