La vieja fiebre de las terrazas

Terraza de bar | Foto: PIXABAY

Terraza de bar | Foto: PIXABAY

Hablamos con el periodista cultural Javier Moreno sobre el fenómeno del "terracismo" que, al parecer, era la actividad que más ansiaban hacer los españoles tras semanas de enclaustramiento.

Moreno señala que, no obstante, conviene tomar el tema con “pinzas”, pues no siempre es posible saber si de aquello de lo que hablan los periodistas es exactamente lo que interesa a la persona común. A este respecto, recuerda que los periodistas son, particularmente, una de las especies más “terracistas”, algo que, además, les viene de lejos.

Señala que las primeras cafeterías, que no son más que “terrazas de interior”, nacieron en Estambul en el año 1550, y desde ese momento se generalizaron por todo el continente europeo como punto de encuentro de las personas que vivían en una misma localidad, pero cuyas dimensiones habían crecido hasta el punto de que ya no era suficiente con las conversaciones informales que se mantenían en la plaza del pueblo o en los sermones dominicales. Era necesario “hablar a diario”.

Se calcula que en torno a 1702 había unos 500 coffee-shop en Londres, frecuentados por, entre otros gente como Isaac Newton, que gustaba de pasarse un rato en las “terracitas” de la época comentando las noticias que publicaban los periódicos de la época. Precisamente, señala Moreno, las cafeterías era el lugar donde se hacía el periodismo y la política. Tal era el nivel de las charlas que las autoridades luchaban por cerrar las terrazas, consiguiendo que tan pronto cerraban una abrieran otras diez.

Desde entonces, las terrazas y cafeterías se han constituido en el lugar predominante en el que se hace o se destruye sociedad. Basta nombrar, en el caso de España, el célebre Café Gijón de Madrid. Sin ir más lejos, señala, la conocida como Operación Galaxia, nombre en clave de una intentona golpista en el año 1978, debe su nombre a la cafetería en la que se reunían los golpistas, la Cafetería Galaxia de Madrid. Conviene mencionar, dice Moreno, que, precisamente, cuando se descubrió la trama y se les llamo a declarar, los implicados se excusaron afirmando que se trata solo de una “charla de café”.