Una de las imágenes más interesantes que nos está dejando esta “nueva normalidad”, señala el periodista Javier Moreno, es la vistosa modalidad de expresión del descontento por el que “la clase dominante” está tomando las calles.
Moreno señala, sin embargo, que la manifestaciones de ricos, como las que se han producido estos días en el barrio de Salamanca en Madrid no son, como tal, una novedad, porque de hecho “antes la llamábamos procesión”. Efectivamente, dice, una procesión no es más que la manifestación por las calles de los que tienen el poder, por eso el alcalde va en primera línea junto con el obispo, los militares y los curas. En las procesiones, señala, el pueblo llano permanece a los lados de la calle viendo el espectáculo y, si acaso, se les permite ir a la cola de la cabalgata como parte del decorado. Las manifestaciones, concluye Moreno, “la inventaron los ricos”.
Lo que es nuevo, apunta Moreno, es el hecho de que los ricos salgan en procesión no “para exhibir el poderío”, sino para reivindicar el poder, lo cual es algo que nos ha traído el Covid-19. Así, afirma que lo que parece estimular las manifestaciones de estos días es la conciencia por parte de los ricos de que “algo no va bien para ellos”, que es el motivo por el que los pobres salían antes a la calle.
El periodista señala que, los que han estado mucho tiempo en las calles, los “eternos pedilones” que reclamaban una sanidad de calidad, una educación digna o la igualdad de género, están recibiendo ahora “mejores cartas”, por lo que “pueden quedarse en sus casas durante un tiempo”. Sin embargo, Moreno les recomienda que aprovechen para “tomar buena nota de las vistosas novedades que está utilizando la clase ociosa y que, a la larga, van a cambiar la forma en la que nos manifestamos”.