La educación infantil debe comenzar a “normalizarse” con protocolos y medidas de prevención

Luis Martín Balmes, director de la Escuela Infantil ‘Doctor Sánchez’ sostiene que existen ejemplos de éxito en otros países europeos que contradicen el temor a reabrir las escuelas infantiles

Este 1 de junio ha reabierto sus puertas la Escuela Infantil y Maternal ‘Doctor Sánchez’ de Las Palmas de Gran Canaria. Aunque la escuela ya contaba con protocolos desde el punto de vista higiénico y de seguridad, con motivo de la pandemia del COVID19 se han “ampliado las medidas” y reforzado los equipos de protección.

Su director, Luis Martín Balmes, ha explicado que no se podrá atender a la misma cantidad de niños y niñas que se habían inscrito antes de decretarse el Estado de Alarma, pues la escuela reabre con grupos aún más reducidos.

Para minimizar los riesgos, los grupos desarrollan sus dinámicas en sus propios espacios tales como almuerzo, siesta y meriendas, de tal manera que no compartan zonas comunes. Al ser menos niños y niñas por grupos, se reorganiza el espacio y se dispone de mayor amplitud por niño.

Ya antes de esta crisis sanitaria la Escuela Infantil contaba con dispositivos que higienizaban las herramientas educativas y juguetes después de su uso. Ahora se organizan las actividades para que los juguetes no se intercambien.

No obstante, la ausencia de contacto es imposible a estas edades. Tanto entre ellos como con las profesionales que los atienden. “Se genera un vínculo afectivo con cada niño. No se les puede negar un abrazo”, explica Luis Martín al tiempo que va desgranando el protocolo de higiene y atención directa, por ejemplo, con los niños que les empiezan a salir los dientes y se llevan los juguetes a la boca.

En este sentido consideró que es necesario comenzar a “normalizar” la situación,  omo ha ocurrido en otros países europeos en los que, incluso durante lo más duro de la pandemia, los gobiernos confiscaron escuelas infantiles para dar servicios a los hijos e hijas del personal sanitario.

Según relató esta experiencia ha puesto de manifiesto que “no existe esa alta transmisión” de la que se ha hablado entre niños, ni entre niños y los mayores, y que tras el paso por la escuela “los niños no se llevan el virus a casa”.

Con respecto a la dimensión económica de la pandemia, criticó que aún haya profesionales de la escuela que no han cobrado su prestación al pasar a situación de ERTE, y que la administración sanitaria no haya estado a la altura redactando protocolos o instrucciones de funcionamiento para que las empresas pudieran reabrir su actividad.