La detección precoz, clave en la evolución favorable del cáncer de próstata

Hector Ajubita, derecha, en su despacho de Hospitales Universitarios San Roque en Las Palmas | Foto: HUSR

Hector Ajubita, derecha, en su despacho de Hospitales Universitarios San Roque en Las Palmas | Foto: HUSR

Hector Ajubita, jefe de urología de Hospitales Universitarios San Roque en Las Palmas, nos explica las formas de diagnóstico y tratamiento de una enfermedad que afectará a uno de cada cuatro hombres.

El pasado 11 de junio se celebró el Día Mundial del Cáncer de Próstata, un día con el que se quiere poner énfasis en la importancia de la detección precoz de esta dolencia, pues de ello depende la supervivencia de los pacientes.

Hector Ajubita, jefe de urología de Hospitales Universitarios San Roque en Las Palmas, señala que la variedad de tratamientos hoy disponibles, así como la experiencia del equipo médico, hacen que esta dolencia sea curable en una gran cantidad de pacientes o, al menos, tratable con una notable disminución de los efectos secundarios.

Nos recuerda que es el tumor más frecuentemente diagnosticado en varones, 30.076 nuevos casos el pasado año, y las estadísticas estiman que uno de cuatro españoles lo padecerán en los próximos años. Cada año se cobra unos cinco mil vidas, pero la supervivencia a tres años supera el 90% en los pacientes tratados.

Asintomático en sus primeras fases

La importancia del diagnóstico precoz del cáncer de próstata estriba en que en fases iniciales resulta totalmente asintomático o provoca síntomas idénticos al crecimiento prostático benigno que la mayoría de hombres experimenta con la edad: dificultad para orinar, necesidad urgente o de hacerlo con mayor frecuencia, molestias en la pelvis, etc.

Si no existen casos de cáncer de próstata en familiares cercanos, se recomienda acudir al urólogo a partir de los 50 años a realizarse un chequeo dirigido al diagnóstico precoz de cáncer de próstata. En caso de tener familiares afectos y en varones de raza negra es aconsejable adelantar la revisión a los 45 años, si bien es cierto que existe el cáncer de próstata en hombres más jóvenes.

En el Servicio de Urología de Hospitales Universitarios San Roque se realiza un manejo multidisciplinar del paciente de forma coordinada. Además, cuenta con tres centros especializados ubicados en Vegueta, Maspalomas y Vecindario.

Diagnóstico del cáncer de próstata

El Servicio de Urología, dirigido en Las Palmas por Héctor Ajubita y en Maspalomas por Pablo Juárez, es quien generalmente realiza el diagnóstico del cáncer de próstata a través de una sencilla exploración en la consulta (el denominado “tacto rectal”, especialmente si el PSA se encuentra elevado), que permite apreciar irregularidades en la glándula, además de la realización de una ecografía y la determinación en el Laboratorio del nivel del PSA (antígeno prostático específico).

En los casos de sospecha de cáncer de próstata, Hospitales Universitarios San Roque posee el equipo más avanzado en Radiología con una Resonancia Magnética Multiparamétrica de 3 Teslas

Esta tecnología se combina con la biopsia de fusión prostática por vía transperineal que se lleva a cabo en el quirófano empleando las imágenes de la resonancia junto con la ecografía en tiempo real, lo que, unido en unido en algunos casos al estudio con microultrasonidos, permite diagnosticar casi la práctica totalidad de los tumores.

Además, cuentan con el Servicio de Medicina Nuclear para estadificar el tumor mediante la gammagrafía ósea y el PET-TAC.

Tratamiento 

En cuanto al tratamiento para el cáncer de próstata, se realiza de forma multidisciplinar en estrecha colaboración con el Centro Oncológico Integral Canario dirigido por Pedro Lara.

Puede consistir en una cirugía, fundamentalmente la prostatectomía radical con extirpación de la próstata, vesículas seminales y, en ocasiones, los ganglios linfáticos de drenaje, conservando la función eréctil si es posible. Generalmente se lleva a cabo por vía laparoscópica, siendo la laparoscopia asistida por robot una de sus variantes.

Asimismo, se puede recurrir a la radioterapia, tanto en sus variantes de radioterapia radical externa como braquiterapia (de alta o baja tasa). En la primera se administra la radiación desde el exterior, mediante técnicas 3D de intensidad modulada para disminuir los efectos secundarios, y en la segunda se hace de forma interna mediante implantes definitivos o temporales.

Finalmente, es posible el tratamiento hormonal, para disminuir la producción de testosterona, normalmente combinado con algún otro tratamiento, la quimioterapia, que puede ser por vía oral o intravenosa, y la inmunoterapia y fármacos diana para estimular el sistema inmunológico contra el tumor.