Juan Carlos de la Nuez Guerra, técnico deportivo auxiliar de la instalación, indica que el campus de verano es una referencia: «muchos niños repiten durante años».
Con el inicio del verano y el cierre del curso escolar, la Ciudad Deportiva de Gran Canaria se convierte en uno de los principales puntos de encuentro para la infancia que busca diversión, deporte y socialización. Bajo la coordinación del Instituto Insular de Deportes de Gran Canaria, esta instalación pública ha puesto en marcha un completo programa estival que incluye actividades deportivas, cursillos de natación e incluso ludoteca.
«El campus de verano ya está en marcha. Esta semana comenzamos con los primeros grupos y en julio arranca el calendario completo», explica Juan Carlos de la Nuez Guerra, técnico deportivo auxiliar de la instalación, quien subraya que se trata de una experiencia ya consolidada tras más de una década de funcionamiento.
Un campus por quincenas, con plazas para diferentes edades
El programa se estructura por quincenas y acoge un máximo de 55 menores por turno. «Dividimos en dos grupos: uno para niños de 4 a 8 años, con 25 plazas, y otro para los de 9 a 12, con 30 plazas. Cada grupo está acompañado por dos monitores», detalla De la Nuez.
Las actividades se desarrollan cada mañana en distintos espacios del recinto: la pista de atletismo, la piscina olímpica, el pabellón polideportivo, la zona verde y la ludoteca. La rotación por estos escenarios garantiza variedad y dinamismo. «Cada jornada está organizada previamente. Los técnicos preparan desde hace meses una planificación diaria con juegos, ejercicios y actividades especiales como castillos hinchables o salidas puntuales», señala.
Aprender a nadar en vacaciones
Uno de los puntos fuertes del programa estival es la posibilidad de inscribirse en cursillos de natación. «Tenemos dos turnos por la mañana para niños que se inician o que ya saben nadar y quieren seguir practicando», afirma De la Nuez. La oferta se complementa con la presencia de técnicos especializados en piscina, además de los monitores generales.
Según el técnico, muchas familias repiten año tras año y algunos menores han participado en todas las ediciones posibles, desde los 4 hasta los 12 años. «Es habitual que se enganchen también durante el curso escolar a otras actividades que ofrecemos aquí, como natación o kárate infantil», añade.
Instalaciones únicas y seguridad garantizada
Una de las ventajas del campus es que todas las actividades se realizan dentro del mismo recinto, sin necesidad de desplazamientos. «Contamos con una piscina de 50 metros, pista de atletismo, pabellón cubierto, ludoteca y zonas verdes. Todo está a pocos metros, lo que nos permite garantizar la seguridad sin limitar la variedad», subraya De la Nuez.
También se ha previsto un espacio para el desayuno, que se realiza a media mañana dentro del horario establecido. «Está todo organizado de antemano: cada actividad, cada juego, cada tiempo de descanso», explica el técnico.
Actividad física y diversión, no refuerzo académico
Frente a otros modelos más académicos, el campus de la Ciudad Deportiva está orientado al disfrute, la convivencia y la iniciación al deporte. «Aquí no hacemos refuerzo escolar. Nuestra propuesta es lúdica y recreativa, con una clara apuesta por la actividad física», aclara.
La experiencia de los profesionales es también una garantía: la mayoría del equipo repite cada año y conoce bien tanto las dinámicas del campus como a muchos de los niños participantes. «Eso facilita mucho el trabajo, incluso en situaciones imprevistas», afirma.
Últimas plazas disponibles para agosto
A pesar de la alta demanda, aún quedan algunas plazas disponibles para la segunda quincena de agosto, tanto en el campus como en los cursillos de natación. «Suele ser el periodo con menos ocupación porque muchas familias están de vacaciones, así que todavía hay margen para apuntarse», concluye De la Nuez, quien invita a las familias a conocer de cerca la instalación.
Para muchos menores, el campus de verano no solo es una oportunidad de moverse y jugar, sino el primer paso hacia una vida vinculada al deporte. Y para las familias, la tranquilidad de saber que sus hijos están activos, acompañados y seguros durante las vacaciones.