Su directora, Alicia Rodríguez, destaca la colaboración con el Clúster Marítimo de Canarias, que realiza aportaciones económicas de cierre de año y trabaja con Foresta en proyectos ligados a cálculo y compensación de CO2
La Fundación Foresta cumple 27 años dedicada a la restauración y conservación de la masa forestal en todas las islas. Su directora, Alicia Rodríguez, explica que la entidad nace el 11 de diciembre de hace 27 años impulsada por un grupo de empresarios que ve la necesidad de que el sector privado contribuya también a mejorar el medio ambiente, más allá de las acciones de las administraciones públicas.
Rodríguez detalla que, en este periodo, Foresta ha desarrollado más de 650 proyectos e involucrado a más de cien mil beneficiarios. El balance, traducido a plantaciones, supera ya los 600.000 árboles en el archipiélago, una cifra que la fundación está actualizando en su web tras el cierre del año.
Compensación oficial: una finca registrada y 379 toneladas de CO2
La directora subraya que Foresta es la única entidad que ha logrado registrar una finca en el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) para compensación oficial de huella de carbono. Se trata de 3,27 hectáreas que equivalen a 379 toneladas de CO2. Rodríguez admite que es una capacidad limitada frente a las huellas habituales de muchas empresas y remarca que, hoy por hoy, solo existe una opción de este tipo en Canarias, mientras se buscan alternativas para ampliar la oferta.
Donaciones y apadrinamiento: la vía “simbólica”
Además de la compensación oficial, Foresta canaliza aportaciones voluntarias como compensación simbólica. Rodríguez explica que muchas entidades donan fondos y la fundación asigna esos recursos a árboles ya plantados con coordenadas georreferenciadas, permitiendo apoyar nuevas plantaciones, el mantenimiento forestal y, en paralelo, beneficiarse de deducciones fiscales propias de las donaciones a fundaciones. También plantea fórmulas como el apadrinamiento de árboles y proyectos ambientales vinculados a centros educativos o iniciativas sociales.
El “cuello de botella” del registro: burocracia y singularidad canaria
Rodríguez sostiene que el marco estatal no incorpora bien las particularidades del archipiélago: la orografía, la escasez de suelo y, sobre todo, especies endémicas que no aparecen en las calculadoras oficiales de captura de CO2. Foresta, afirma, tarda casi dos años en culminar su primer registro y trabaja con la Universidad de La Laguna para estudiar cuánto fijan especies canarias y poder establecer equivalencias. En paralelo, dice, la fundación tramita otros dos registros, aunque reconoce que el proceso sigue siendo complejo y lento.
La alianza con el sector marino-marítimo y proyectos Interreg
La directora destaca la colaboración con el Clúster Marítimo de Canarias, que realiza aportaciones económicas de cierre de año y trabaja con Foresta en proyectos ligados a cálculo y compensación de CO2. Rodríguez señala además que la fundación se presenta a iniciativas Interreg-MAC para impulsar herramientas tecnológicas, formación e implicación empresarial en Canarias, Madeira y el espacio de cooperación con África, a la espera de resoluciones.
«Necesitamos suelo»: llamada a propietarios privados
Rodríguez pone el foco en el papel del propietario privado, clave para ampliar la restauración ambiental: recuerda que en Gran Canaria el 85% del suelo está en manos privadas y que en Canarias ronda el 70%. Por eso invita a quienes poseen terrenos protegidos —donde no pueden desarrollarse otros usos— a contactar con la fundación para valorar actuaciones de restauración y mantenimiento que, además de permitir futuras compensaciones, contribuyan a la prevención de incendios mediante limpieza y control de maleza. «Necesitamos suelo», resume.