Carmen Ojeda, directora técnica de la ONG, çcalifica el acuerdo como «un proyecto muy ilusionante y un nuevo reto» para la entidad
La firma de un convenio de colaboración entre El Museo Canario y la Asociación de Personas con Discapacidad Intelectual de Las Palmas (APROSU) abre una nueva etapa de trabajo conjunto orientada a reforzar la inclusión cultural, la accesibilidad universal y la participación activa de las personas con discapacidad intelectual en el patrimonio histórico de Canarias. Así lo explica Carmen Ojeda, directora técnica de APROSU, quien califica el acuerdo como «un proyecto muy ilusionante y un nuevo reto» para la entidad
Ojeda afirma que el convenio permitirá «trabajar junto con el Museo Canario para evaluar todo el entorno y proponer planes de acción y mejora», con el objetivo de que el museo sea un espacio realmente accesible. Subraya que la accesibilidad no se limita a lo físico, sino que debe incorporar la accesibilidad cognitiva, de modo que «cualquier persona pueda saber dónde está, qué es lo que hace allí y qué es lo que va a hacer».
Las personas con discapacidad, protagonistas del cambio
La directora técnica de APROSU destaca que este tipo de alianzas contribuyen a cambiar la mirada social sobre la discapacidad intelectual. «Ahora son ellos los que tienen la voz cantante y los que tienen mucho que aportar», dice, insistiendo en que las personas con discapacidad dejan de ser sujetos pasivos para convertirse en agentes activos en la construcción de entornos culturales más accesibles.
Participación directa y evaluación del entorno
Ojeda confirma que habrá participación directa de las personas usuarias de APROSU, que serán «las encargadas de evaluar el entorno y realizar las propuestas de mejora». A su juicio, escuchar su experiencia y su opinión es clave para generar cambios reales y efectivos en los espacios culturales.
Desde APROSU se valora especialmente la predisposición de El Museo Canario. «Desde el minuto uno nos han tendido la mano», afirma Ojeda, quien destaca la coordinación constante y el interés de la institución cultural por desarrollar actividades conjuntas y avanzar hacia un museo más abierto, comprensible y humano.
Mirada al futuro y extensión del modelo
Ojeda sostiene que este convenio debería extenderse a otros espacios y entidades. «La participación en la vida comunitaria es muy enriquecedora», afirma, y avanza que 2026 será un año de nuevos retos para APROSU, con proyectos en marcha y la apertura de nuevos recursos, siempre con un objetivo común: «mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y de sus familias mediante una inclusión real y efectiva».