Canarias intensifica la lucha contra la diabetes tipo 2

Campaña del Gobierno de Canarias

Campaña del Gobierno de Canarias

La comunidad autónoma presenta una de las prevalencias más altas de España en esta enfermedad, asociada al sedentarismo, la obesidad y los hábitos alimentarios

La diabetes tipo 2 se ha convertido en un grave problema de salud pública en Canarias, con cifras de prevalencia que figuran entre las más elevadas del país. La Dirección General de Salud Pública y la Dirección General de Programas Asistenciales del Gobierno de Canarias trabajan de forma conjunta para abordar esta situación, reforzando las estrategias de prevención, diagnóstico precoz y atención integral, con especial énfasis en la promoción de hábitos saludables desde edades tempranas.

Estilo de vida y factores genéticos

«La diabetes tipo 2 es una enfermedad multifactorial, pero los factores modificables como la alimentación, la actividad física y el estrés son clave para prevenirla», señala Pedro Díaz, enfermero de la Dirección General de Salud Pública. La obesidad, íntimamente ligada a esta patología, tiene una incidencia particularmente alta en el archipiélago, como apunta Pilar Peláez, técnica de la Dirección General de Programas Asistenciales: «La prevalencia es mayor en el sur de España y en territorios como Canarias, Ceuta y Melilla, y puede estar influida también por factores genéticos».

En este contexto, la dieta desempeña un papel central. Díaz advierte sobre el consumo excesivo de hidratos de carbono, muy presentes en la alimentación canaria tradicional: «Las papas y otros tubérculos deben consumirse con moderación, especialmente si no hay una actividad física regular».

Atención personalizada y seguimiento continuo

Una vez diagnosticada, la diabetes tipo 2 es abordada principalmente desde la atención primaria. «El médico y la enfermera de familia se encargan del tratamiento farmacológico y de la educación del paciente», explica Peláez. Este acompañamiento abarca desde la medición de glucemias hasta la incorporación del ejercicio físico en la rutina diaria, pasando por el aprendizaje de una alimentación adecuada y el control de posibles complicaciones como el pie diabético o la retinopatía.

La adherencia al tratamiento, sin embargo, varía entre pacientes. Díaz destaca que «depende de la aceptación de la enfermedad» y del contexto individual de cada persona. Peláez coincide: «Influyen muchos factores: la situación económica, el entorno familiar, el apoyo social y, por supuesto, la implicación del equipo sanitario». Subraya además el valor del trabajo grupal, que permite a los pacientes aprender unos de otros y mejorar su compromiso con el autocuidado.

Programas de promoción y coordinación institucional

El Gobierno de Canarias articula múltiples estrategias para prevenir la aparición de nuevos casos de diabetes tipo 2. «Trabajamos en coordinación con los ministerios de Sanidad, Consumo y Educación para implementar programas nacionales en el ámbito autonómico», detalla Díaz. Entre ellos, destacan la Estrategia de Promoción y Prevención del Sistema Nacional de Salud y el programa de comedores escolares saludables, conocido como Programa 16.

A nivel regional, existen iniciativas específicas como el Plan de Prevención de la Obesidad Infantil, que promueve hábitos saludables entre los menores de 12 años. También se desarrollan campañas con familias, ayuntamientos y centros educativos para fomentar la alimentación equilibrada, la actividad física, la educación emocional y la salud mental.

Una herramienta especialmente útil en adolescentes es la guía educativa «Descubre la salud en tu plato», que combina talleres prácticos con contenidos didácticos sobre nutrición.

Detección precoz y diagnóstico en riesgo

La intervención temprana es clave para evitar el desarrollo de la enfermedad. Según Peláez, «la diabetes tipo 2 puede prevenirse si se detectan a tiempo los factores de riesgo, como la obesidad abdominal». En atención primaria se aplican cuestionarios como el test de FINDRISC, validado internacionalmente, que permite estimar el riesgo de desarrollar diabetes en los siguientes diez años. A partir de ahí, se activa un protocolo de seguimiento y educación sanitaria.

En paralelo, la salud infantil es una prioridad para el sistema sanitario canario. «Las familias acuden a los centros de salud para las vacunas y revisiones, y desde ahí aprovechamos para trabajar hábitos de vida saludable», explica Díaz. No obstante, advierte sobre la falta de conciencia: «Entre el 80% y el 90% de las familias con hijos con sobrepeso no perciben que tengan un problema». Esta desinformación refuerza la necesidad de campañas educativas sostenidas.

Formación y equidad en la atención

Pilar Peláez remarca que la atención no debe limitarse a los recursos clínicos: «Si a una persona le pedimos que coma proteínas de calidad pero no tiene recursos económicos, no va a poder cumplir con las recomendaciones». En este sentido, aboga por un enfoque que tenga en cuenta la equidad y las condiciones sociales, además del esfuerzo constante del personal sanitario: «Es importante que los médicos y enfermeros estén formados e implicados específicamente en el tratamiento de la diabetes».

Ambos profesionales coinciden en que el trabajo conjunto entre instituciones es indispensable. «No podemos trabajar en compartimentos estancos. La coordinación entre salud pública, programas asistenciales, atención primaria, educación y servicios sociales es esencial para cambiar el rumbo de esta enfermedad», concluye Peláez.

Con estas acciones, Canarias refuerza su compromiso frente a una patología cuya expansión amenaza con sobrecargar los sistemas sanitarios, pero que puede combatirse eficazmente con prevención, educación y una atención centrada en la persona.

La diabetes tipo 2 se ha convertido en un grave problema de salud pública en Canarias, con cifras de prevalencia que figuran entre las más elevadas del país. La Dirección General de Salud Pública y la Dirección General de Programas Asistenciales del Gobierno de Canarias trabajan de forma conjunta para abordar esta situación, reforzando las estrategias de prevención, diagnóstico precoz y atención integral, con especial énfasis en la promoción de hábitos saludables desde edades tempranas.

Estilo de vida y factores genéticos

«La diabetes tipo 2 es una enfermedad multifactorial, pero los factores modificables como la alimentación, la actividad física y el estrés son clave para prevenirla», señala Pedro Díaz, enfermero de la Dirección General de Salud Pública. La obesidad, íntimamente ligada a esta patología, tiene una incidencia particularmente alta en el archipiélago, como apunta Pilar Peláez, técnica de la Dirección General de Programas Asistenciales: «La prevalencia es mayor en el sur de España y en territorios como Canarias, Ceuta y Melilla, y puede estar influida también por factores genéticos».

En este contexto, la dieta desempeña un papel central. Díaz advierte sobre el consumo excesivo de hidratos de carbono, muy presentes en la alimentación canaria tradicional: «Las papas y otros tubérculos deben consumirse con moderación, especialmente si no hay una actividad física regular».

Atención personalizada y seguimiento continuo

Una vez diagnosticada, la diabetes tipo 2 es abordada principalmente desde la atención primaria. «El médico y la enfermera de familia se encargan del tratamiento farmacológico y de la educación del paciente», explica Peláez. Este acompañamiento abarca desde la medición de glucemias hasta la incorporación del ejercicio físico en la rutina diaria, pasando por el aprendizaje de una alimentación adecuada y el control de posibles complicaciones como el pie diabético o la retinopatía.

La adherencia al tratamiento, sin embargo, varía entre pacientes. Díaz destaca que «depende de la aceptación de la enfermedad» y del contexto individual de cada persona. Peláez coincide: «Influyen muchos factores: la situación económica, el entorno familiar, el apoyo social y, por supuesto, la implicación del equipo sanitario». Subraya además el valor del trabajo grupal, que permite a los pacientes aprender unos de otros y mejorar su compromiso con el autocuidado.

Programas de promoción y coordinación institucional

El Gobierno de Canarias articula múltiples estrategias para prevenir la aparición de nuevos casos de diabetes tipo 2. «Trabajamos en coordinación con los ministerios de Sanidad, Consumo y Educación para implementar programas nacionales en el ámbito autonómico», detalla Díaz. Entre ellos, destacan la Estrategia de Promoción y Prevención del Sistema Nacional de Salud y el programa de comedores escolares saludables, conocido como Programa 16.

A nivel regional, existen iniciativas específicas como el Plan de Prevención de la Obesidad Infantil, que promueve hábitos saludables entre los menores de 12 años. También se desarrollan campañas con familias, ayuntamientos y centros educativos para fomentar la alimentación equilibrada, la actividad física, la educación emocional y la salud mental.

Una herramienta especialmente útil en adolescentes es la guía educativa «Descubre la salud en tu plato», que combina talleres prácticos con contenidos didácticos sobre nutrición.

Detección precoz y diagnóstico en riesgo

La intervención temprana es clave para evitar el desarrollo de la enfermedad. Según Peláez, «la diabetes tipo 2 puede prevenirse si se detectan a tiempo los factores de riesgo, como la obesidad abdominal». En atención primaria se aplican cuestionarios como el test de FINDRISC, validado internacionalmente, que permite estimar el riesgo de desarrollar diabetes en los siguientes diez años. A partir de ahí, se activa un protocolo de seguimiento y educación sanitaria.

En paralelo, la salud infantil es una prioridad para el sistema sanitario canario. «Las familias acuden a los centros de salud para las vacunas y revisiones, y desde ahí aprovechamos para trabajar hábitos de vida saludable», explica Díaz. No obstante, advierte sobre la falta de conciencia: «Entre el 80% y el 90% de las familias con hijos con sobrepeso no perciben que tengan un problema». Esta desinformación refuerza la necesidad de campañas educativas sostenidas.

Formación y equidad en la atención

Pilar Peláez remarca que la atención no debe limitarse a los recursos clínicos: «Si a una persona le pedimos que coma proteínas de calidad pero no tiene recursos económicos, no va a poder cumplir con las recomendaciones». En este sentido, aboga por un enfoque que tenga en cuenta la equidad y las condiciones sociales, además del esfuerzo constante del personal sanitario: «Es importante que los médicos y enfermeros estén formados e implicados específicamente en el tratamiento de la diabetes».

Ambos profesionales coinciden en que el trabajo conjunto entre instituciones es indispensable. «No podemos trabajar en compartimentos estancos. La coordinación entre salud pública, programas asistenciales, atención primaria, educación y servicios sociales es esencial para cambiar el rumbo de esta enfermedad», concluye Peláez.

Con estas acciones, Canarias refuerza su compromiso frente a una patología cuya expansión amenaza con sobrecargar los sistemas sanitarios, pero que puede combatirse eficazmente con prevención, educación y una atención centrada en la persona.