Acudir al cardiólogo a tiempo puede salvar tu vida

Sara Bordes, jefa de servicio de Cardiología de Hospitales Universitarios San Roque en Las Palmas

Sara Bordes, jefa de servicio de Cardiología de Hospitales Universitarios San Roque en Las Palmas

Sara Bordes, jefa de servicio de Cardiología de Hospitales Universitarios San Roque en Las Palmas, nos da las claves para evitar una prematura enfermedad grave.

Acudir a tiempo al cardiólogo para hacerse una simple revisión puede evitar el padecimiento de una enfermedad grave de forma prematura, según indica Sara Bordes, jefa de servicio de Cardiología de Hospitales Universitarios San Roque en Las Palmas, a las puertas de la celebración del Día Mundial del Corazón, previsto por la Organización Mundial de la Salud para el 29 de septiembre.

Veintitrés millones de muertes en 2050


Cada año mueren unos 18 millones de personas por un fallo cardiovascular, y se estima que en el año 2050 puede llegar a los 23 millones. Para evitar la mayoría de estas muertes bastaría con una consulta al experto para realizar una valoración cardiológica. 

Bordes señala que son tres los grupos en los que está indicada esta valoración. La primera es en aquellas personas que tienen factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo, la hipertensión arterial, niveles altos de colesterol y glucosa en la sangre y antecedentes familiares. Estas personas, indica Bordes, tienen un riesgo elevado de padecer enfermedades cardiovasculares.

Síntomas relevantes y deporte extenuante

El segundo grupo está compuesto por aquellas personas que sufren un síntoma cardiológico, como la disnea, es decir, falta de aire, dolor torácico, palpitaciones o síncope.  Bordes señala que el dolor de relevancia cardiológica se siente como “un camión apoyado en el pecho”, que se dirige hacia el brazo izquierdo, el hombro, el cuello, la mandíbula o la espalda. Raramente suele ser un síntoma relevante el pinchazo en esa zona.

El tercer grupo de personas que se beneficiarían de una evaluación cardiovascular son aquellas que sin tener factores de riesgo ni padecer algún síntoma, realizan una actividad deportiva de alta intensidad, como correr en maratones o practicar ciclismo con carreras de cientos de kilómetros, que pueden llegar a ser extenuantes y ponen al corazón en una situación extrema.