El director de enfermería de Atención Primaria de Tenerife, señala la conveniencia de que las personas que cursen con síntomas leves no saturen los centros de salud.
El director de enfermería de Atención Primaria de Tenerife, Ramón Pinto, afirma que con la variante ómicron de la covid-19, el protocolo sanitario señala la prioridad de las personas más vulnerables, pues, en la generalidad de los casos, la enfermedad cursa con síntomas leves relacionados con las vías respiratorias altas.
El autocuidado para la mayoría de los casos
Pinto indica que las personas que no tienen otras patologías pueden optar por el autocuidado en la mayoría de los casos y pueden disponer de una baja laboral por teléfono o pedir el certificado covid por la red, “lo que no tiene sentido es acudir a los centros a pedirlo”, pues saturan instalaciones necesarias para atender las patologías más graves.
Indica que, gracias a esa priorización, la incidencia de muertes por ómicron en Canarias es la más baja de toda España. Recuerda que el 86% de las personas fallecidas son mayores de 60 años, “que es la franja que tenemos que cuidar especialmente”.
Considera que la situación en Atención Primaria es delicada, pues, como han venido diciendo, “el virus ha puesto en el escaparate una situación que se da en toda España”, que es la de un país que ha basado su política sanitaria en un modelo “hospitalista”, tanto a nivel de presupuestos, como en la cobertura periodística, poniendo el acento en las saturaciones en hospitales, pero no en atención primaria.
Cómplices de la situación
Así, dice, se ha llegado a que la atención primaria no tenga las infraestructuras, la potenciación de las áreas y la dotación de equipos necesarios: “Tiramos hacia adelante por la profesionalidad de los compañeros”. Entiende que todos son cómplices de esta situación, desde los periodistas por cómo informan, a los políticos que desarrollan los planes y prioridades, hasta los usuarios que, en ocasiones, abusan de los recursos. A este respecto, menciona el mal mensaje que se ha dado de considerar el certificado covid como un salvoconducto, algo cuyos frutos se recogen ahora con contagios masivos.