Madala Tounkara: “Nunca, jamás, volvería a subir en una patera”

Madala Tounkara | CEDIDA POR ÉL

Madala Tounkara | CEDIDA POR ÉL

El maliense llegó a Gran Canaria con catorce años, sin saber nada e invirtiendo todos sus ahorros en el viaje. Ahora quiere representar a Mali en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Madala Tounkara salió de Mali con catorce años de edad y se embarcó en una patera rumbo a Canarias. Recuerda que, un día, su amigo le comunicó que saldrían de forma inminente hacia España a bordo de una barquilla, a cambio de todo el el dinero que tenía ahorrado con su trabajo, unos 700 u 800 euros. No tenía familiares en Europa, pero lo que sí tenía era “miedo”, porque no sabía nadar y su madre le había prohibido hacer ese viaje. Pero decidió jugarse la vida. 

Hoy tiene 24 años, vive en Gran Canaria y afirma, tajantemente, que no volvería a hacerlo, “nunca jamás”. Afirma que, desde el primer día, se ha sentido en la isla como si estuviera “en casa” porque ya en el centro de acogida de menores lo trataron “como si fuera un hijo”. Allí pudo comenzar a hacer deporte, porque en Mali su familia no le dejaba. Ahora quiere representar a su país de origen como boxeador en las olimpiadas de Tokio.

La “pesadilla” de la inmigración

Afirma que las muestras de racismo que se han observado en Canarias en los últimos tiempos hay que ponerlas en el contexto de la situación creada por la pandemia de la covid-19, con gente sin trabajo y cierre de empresas: “Es una situación muy difícil” para los que están aquí y para los que siguen allí, pues el “sueño” de la inmigración se ha convertido en una “pesadilla”.

Afirma que quiere volver a Mali para trabajar y ser empresario, porque no le gusta que la gente siga muriendo en el mar: “En Mali hay muchas guerras y poca agua”.