La presidenta de la Asociación de Centros Infantiles de Tenerife (ACINTE), Marina Amador, dice que “Canarias es la única comunidad que no tiene ayudas para las familias”.
Las Escuelas Infantiles privadas siguen sin tener un protocolo de seguridad validado oficialmente que les permita la apertura de los centros con garantías, algo con lo que ya tienen las escuelas dependientes de Consejería de Derechos Sociales que abrirán de forma escalonada a partir del 8 de junio con un protocolo que respalda Sanidad.
Los representantes de estas escuelas están pendientes de una nueva reunión con el consejero de Educación, José Antonio Valbuena, el próximo martes 9 de junio para adaptar el protocolo del Gobierno a las aportaciones que ha propuesto el sector, según apunta la presidenta de la Asociación de Centros Infantiles de Tenerife (ACINTE), Marina Amador.
“Las escuelas infantiles son empresas no negocios”, afirma Amador que echa en falta ayudas al sector por el cierre de las escuelas desde el inicio del estado de alarma, lo que ha provocado que “estemos soportando la misma carga económica con la empresa abierta o cerrada, no entra un euro”. Y a eso hay que sumar que “si abrimos habrá que ver con qué ratio y con cuantos profesionales”, trabajadores que se encuentra ahora mismo en Erte.
La nueva normalidad trae una situación económica difícil para todos y “las familias no pueden soportar que se incrementen las cuotas”, dice la presidenta de ACINTE. “Canarias es la única comunidad que no tiene ayudas para las familias”. Y hasta ahora estas empresas, como muchas otras, han utilizado los fondos ICO, “hemos tenido la suerte de que nos hayan concedido un crédito ICO, pero no es dinero regalado, y no podemos seguir sacando dinero de esta bolsa”.