Los empresarios critican que la administración no haya previsto ayudas para que el sector pudiera hacer frente a los gastos fijos durante la cuarentena
“Éramos el primer problema a resolver y hemos sido el último a tratar. Así no se puede”. En éstos términos se ha referido Eduardo Bordes de Santa Ana, miembro de la Plataforma AEI de Canarias, y copropietario de la Escuela Infantil ‘First Steps’ de Las Palmas de Gran Canaria, a la situación que atraviesan las escuelas infantiles.
Después de que se haya anunciado que las Escuelas Infantiles contarán con un protocolo de la Consejería de Educación para poder abrir sus puertas a partir del lunes, Bordes ha anunciado que muchas empresas no podrán recuperar su actividad hasta septiembre, mientras que otras ya han echado el cierre definitivo. Entiende que el protocolo no resuelve el problema “de fondo”.
“Lo del protocolo está muy bien para las que puedan abrir. Pero es que además del protocolo queríamos una ayuda para que desde abril hasta septiembre pudiéramos mantenernos y poner nuestras en plazas en disposición a partir de septiembre”, relató Eduardo Bordes minutos antes de reunirse con el recién designado consejero de Educación, José Antonio Valbuena.
El empresario puso como ejemplo su propia escuela en la que cuenta con 67 plazas que son las que necesita ocupar para que su negocio sea económicamente viable. “Yo no voy a abrir hasta septiembre. No puedo, es inviable”, explicó. De las 67 plazas, sólo 12 familias han mostrado interés en volver a aulas. “Con sólo 12 familias no es rentable”, añadió.
Bordes señaló además que las escuelas que ya han abierto desde el pasado día 1 de junio “están en un vacío legal porque cualquier seguro les acusará de negligencia en caso de que pase algo”.