Su presidenta, Natalia Álvarez, recalca los efectos perjudiciales de los dispositivos en lo que respecta a la concentración y socialización de los menores.
El Consejo Escolar de Canarias aboga por restringir los móviles en los centros educativos, aunque alerta de los riesgos de su absoluta prohibición, según destaca la presidenta del órgano, Natalia Álvarez.
Marco regulatorio común
El órgano cree necesario que se establezca un marco regulatorio común sobre el uso de los dispositivos que distinga los usos personales y recreativos de los usos pedagógicos que puedan tener.
Álvarez indica que es conocido que los móviles dificultan la interacción personal entre el alumnado, hasta el punto de que muchos centros han puesto en marcha el denominado «recreo activo» para que los alumnos se relacionen, contribuyendo a la socialización y frenando el aislamiento y el apego a las redes sociales «que se está produciendo entre los menores».
Debate familiar
La presidenta del Consejo no deja de señalar que el uso de estos dispositivos por los menores no es un debate exclusivo de los centros educativos, sino que debe abordarse también en el ámbito familiar.
Indica que el modelo sociolaboral imperante en Canarias plantea problemas de conciliación, en el que los primeros afectados son los menores. Así, los profesores han detectado alumnos con hasta diez y doce horas diarias de utilización del móvil.
Problemas de salud mental
Sobre la investigación del Diputado del Común, Rafael Yanes, en el Centro de Enseñanza Ocupacional (CEO) Bethencourt y Molina, de Santa Cruz de Tenerife, en el que se han detectado problemas de salud mental entre los menores, Álvarez recuerda que hace tiempo el Consejo presentó un informe que ya puso de relieve cómo la pandemia de la covid-19 había acentuado determinados problemas relacionados con la salud mental. Apunta que ya entonces quedaron preocupados e insistieron en la necesidad de aportar recursos y estudiar soluciones.