El director territorial de Educación del Gobierno canario, Juan José Gil, afirma estar convencido de que el inicio de las quejas vecinales por los ruidos del baloncesto del IES La Minilla se debió a una disputa familiar.
Gil señala que uno de los directivos del Club Baloncesto Las Palmas es “prima hermana de la denunciante” original. Eso, a su juicio, ayuda a explicar por qué el club llevaba dos años entrenando en las mismas instalaciones “sin ningún problema” y, repentinamente surgió la primera denuncia: “Cuando los problemas son entre familia, uno tiene que ganar y otro que perder. Creo que es lo que hay”. No obstante, señala que ahora hay más denunciantes.
La Consejería se interesó en este asunto a raíz de una denuncia en el mes de febrero. A partir de ahí se personó en el instituto y observó que el club llevaba entrenando en las instalaciones dos años sin autorización. Se regularizó la situación y se acordó como medida de consenso reducir el uso de las instalaciones los días laborales de 16.30 a 19.30 y trasladar parte de las instalaciones al IES Schamann, donde el club “ha ganado espacio”.
Ante la reiteración de las quejas vecinales, el Ayuntamiento capitalino realizó un estudio sonométrico, estudio que Gil ha solicitado sin que se lo hayan remitido. A este respecto, afirma que “si está dentro de los decibelios permitidos no podremos hacer nada”.
Para Gil, los ruidos que genera el baloncesto son los propios de niños entre 7 y 12 de años de edad “que no van a genera un gran ruido en horarios normales y habituales”. Por ese motivo considera que “es necesario convivir” y recuerda que “si compras una vivienda y sabes que vas a vivir al lado de un instituto….”.