Caritas denuncia que la riqueza del turismo no llega a las capas más bajas

Presentación de la Memoria Anual de Cáritas | Foto; Canaritas

Presentación de la Memoria Anual de Cáritas | Foto; Canaritas

El director de la organización en Canarias, Gonzalo Marrero, señala que en 2023 atendieron a 29.100 personas, un 17,5% más que antes de la pandemia.

Cáritas Diocesana de Canarias constata que los indicadores económicos positivos y las políticas de protección social no están amortiguando la difícil situación de las personas atendidas en la provincia de Las Palmas. Al contrario, la institución diocesana confirma en su memoria anual que la pobreza y la exclusión social se han intensificado durante 2023 entre las familias canarias, a pesar del optimismo económico de los diferentes actores sociales, según señala Gonzalo Marrero, director de la organización en Canarias. 

La pobreza, cronificada en Canarias, se ha intensificado en las personas más vulnerables que aún no han podido superar las consecuencias de la pandemia y las continuas crisis, agravándose su situación en 2023 con el aumento de los precios de los alimentos y el coste de la vivienda.

Cáritas Diocesana de Canarias atendió en 2023 a 29.100 personas, un 17,5% más que en 2019, antes de que la pandemia disparase el número de personas atendidas como consecuencia de los efectos socioeconómicos de la mayor crisis de la historia contemporánea. Sus consecuencias siguen notándose en la situación de los 9.476 hogares atendidos por esta institución el pasado año.

Propiciado por un escenario de incertidumbre e inestabilidad, las personas atendidas por Cáritas Diocesana de Canarias tienen más dificultades para superar la exclusión social. Las ayudas sociales y económicas son lentas, ineficaces y no llegan a los colectivos más desfavorecidos, por lo que surgen perfiles más agravados, como el de las personas trabajadoras pobres, con alguna diversidad funcional o que sufren un mayor deterioro, no sólo en sus economías, sino también en su salud mental, mayor aislamiento y soledad, sobre todo en las personas mayores, e incremento de las adicciones. 

Como consecuencia de la compleja realidad de las personas más pobres de Canarias, golpeados por situaciones de pobreza y exclusión más intensas y trasversales, el director de Cáritas Diocesana de Canarias, Gonzalo Marrero, destaca que la institución tuvo que “doblar esfuerzos, de voluntariado y personas trabajadoras, ya que la institución aumentó en 2023 en un 20% el número de sus intervenciones, frente al 6% de 2022. Lo que denota esta intensificación de las situaciones de los hogares atendidos”, subrayó el director.

“Ante esta nueva fotografía de la pobreza en las islas, también hemos entendido que es necesario proteger a las familias y a las personas que acuden a Cáritas para evitar que lleguen a una extrema vulneración en la que las consecuencias son más difíciles de revertir. Cuando una familia, por poner un ejemplo, pierde su casa los riesgos de entrar en una espiral mayor son del cien por cien”, aseveró Gonzalo Marrero, citando los datos que refleja la Memoria anual y advirtiendo al tiempo que la recuperación económica en Canarias, especialmente la recuperación del empleo, y las políticas puestas en marcha por las administraciones públicas para paliar los efectos de las crisis, no son suficientes para revertir la situación de las personas más pobres.

Tener un empleo no es garante para sostener una vivienda

Según refleja la Memoria 2023 de Cáritas Diocesana de Canarias, el acceso al empleo no garantiza la integración plena y, por lo tanto, se consolida y normaliza la figura del trabajador o trabajadora pobre. Esto es, personas cabezas de familias que, a pesar de contar con un empleo, no pueden cubrir todos los gastos básicos de un hogar: alimentación, recursos energéticos o el sostenimiento de la casa. Y es que el aumento desmesurado del precio de la vivienda en Canarias afecta directamente al presupuesto de los hogares de bajos ingresos, puesto que el 45% carece de ingresos regulares.

Por tanto, Cáritas Diocesana de Canarias confirma que el derecho a la vivienda es el principal derecho vulnerado y principal condicionante de exclusión social para las familias canarias, pues el 33% de los hogares atendidos no es titular de su casa. Desde el área de Vivienda se atendió de forma directa a 1.916 personas en 2023 y 208 representan a familias en exclusión residencial, en riesgo de pérdida de su vivienda o ya sin ella.

La concatenación de varias crisis, que ha provocado que Cáritas Diocesana de Canarias atendiese durante 2023 a un 17,5% de personas más que antes de la pandemia, además de las dificultades para salir del laberinto de una pobreza cronificada más intensa que cuestiona los datos económicos más optimistas, y provocan un aumento de las patologías de salud mental y el consumo de sustancias que derivan en adicción en la población más vulnerable.

Cáritas Diocesana de Canarias aboga por un reparto más justo y equitativo de la riqueza y la protección de los derechos básicos de todas las personas, como la alimentación, el acceso a la vivienda y a un trabajo digno, y mantendrá el compromiso de seguir trabajando allí donde se necesite, para abrir camino a la esperanza.