Beatriz Calzada, consejera delegada de Gesplan, afirma que, desde el año 2008, se han capturado más de 5000 ejemplares, lo que constituye un problema "grave".
Más que de plaga hay que hablar de "invasión biológica", asegura Calzada, que señala que en la isla de Gran Canaria se han detectado tres focos. El principal, mayoritario y originario se ubica, desde el año 2005, en el triángulo formado por los municipios de Telde, Valsequillo, Santa Brígida y San Mateo. El foco secundario se ubica en Gáldar y, desde el año 2015, se ha detectado un tercer núcleo en San Bartolomé de Tirajana.
Se trata, dice, de un problema importante, "porque las implicaciones para el hábitat son muy graves". El principal problema es que viven "a sus anchas", mejor que en su hábitat natural de California, porque en Gran Canaria no hay depredadores que puedan limitar su crecimiento. De esta forma, en la isla se han llegado a detectar puestas de hasta dieciséis huevos, frente a los seis o siete habituales en California.
Para luchar contra este peligro, Canarias tiene en marcha desde el año 2011 un proyecto financiado por la Unión Europa, el Gobierno canario y el Cabildo de Gran Canaria. Desde el año 2015, el proyecto está gestionado exclusivamente por el Gobierno y el Cabildo. El plan consiste en el mantenimiento de cuadrillas dispersas por el campo "que responden a las alertas de la ciudadanía". Desde el 2008 se han cogido más de 5000 serpientes. El año pasado se batió el récord con 900 capturas. En lo que va de año se han capturado 540 ejemplares, lo que augura un nuevo récord este año. Calzada asegura que, si no hubiese hecho nada, habrían hoy más de 70.000 ejemplares en las islas.
Concienciación ciudadana
Calzada considera que las trampas son muy efectivas, "pero hace falta concienciación ciudadana", porque la serpiente se introdujo por medio de la comercialización "y eso se sigue haciendo hoy en día". Por eso se ha trabajado con los colegios y las fuerzas de seguridad, pero "la gente todavía se lo toma a cachondeo". Asegura que tenemos que ir a la "bioseguridad", es decir, "invertir para que las serpientes no salgan y se puedan contener en Gran Canaria".
Señala que uno de los principales problemas es que el alimento principal de estas serpientes es el lagarto, "y aquí tenemos al lagarto gigante de Gran Canaria". Además, se alimentan de los individuos más pequeños y ya se ha observado una merma de más del 10%. El lagarto canario cumple una función, en la medida de que protege los cultivos.