Ana Darias: “La sanidad tinerfeña está a punto del colapso por la covid”

Sanitarias preparando dosis de vacunas anticovid | Foto: Consejería de Sanidad

Sanitarias preparando dosis de vacunas anticovid | Foto: Consejería de Sanidad

La subdirectora médica del Área de Salud y coordinadora de rastreadores asegura que ahora hay una actitud más colaborativa por parte de los jóvenes.

La subdirectora médica del Área de Salud y coordinadora de rastreadores de Tenerife, Ana Darias, señala que las infraestructuras sanitarias de la isla están a punto del “colapso” debido a la alta incidencia de la covid-19. 

“Están todos muy agotados”

Asegura que se está atendiendo cada día a entre 50 y 60 nuevos afectados, lo cual supone una situación complicada debido a que se une al período de vacaciones de parte del personal. Darias indica que no habían vivido antes una situación similar y recuerda que al seguimiento de los infectados se une la de sus contactos estrechos, lo cual implica un importante esfuerzo: “Están todos muy agotados”.

Señala que en los últimos días han apreciado más colaboración por parte de la ciudadanía más joven: “La gente empieza a entender el mensaje”. Afirma que hay una mayor actitud colaborativa por parte, sobre todo, de los más jóvenes, aunque señala que algunos siguen siendo “reticentes”.

Colaboración, no restricción

Ana Darias no es partidaria de endurecer las restricciones a la movilidad si no se acompaña de una mayor colaboración por parte de la ciudadanía: “Si el que es positivo no se queda en casa o  si no se dicen los contactos con los que se ha estado, da igual el nivel en que se esté. El problema está en la concienciación”.

Llama a los jóvenes a que piensen en las secuelas que puede dejar la covid aún cuando la enfermedad curse de forma benigna. Afirma que los jóvenes no están acostumbrados a la frustración y que “quieren todo lo bueno ya”. 

Estímulos para la vacunación

Algo similar explica el bajo número de personas que respondieron a la llamada a la vacunación el pasado domingo. Darias señala que a medida que desciende la edad del grupo a vacunar, hay una disminución de las ganas de vacunarse que está aparejada a la menor percepción del riesgo. Apunta a pensar en campañas de incentivos que puedan estimular la vacunación de los jóvenes más reticentes.