Alpidio Armas: «David Cabrera no asumió su papel como vicepresidente del Cabildo»

Cayucos llegados a la isla de El Hierro | Foto: Cabildo de El Hierro

Cayucos llegados a la isla de El Hierro | Foto: Cabildo de El Hierro

El presidente del Cabildo de El Hierro asegura que la inmigración no tiene un impacto importante en la vida de la isla, pero sí en los servicios y las infraestructuras.

El presidente del Cabildo de El Hierro, Alpidio Armas, justifica el cese del vicepresidente de la corporación, David Cabrera, en que éste no entendió su puesto de subordinación dentro del grupo de gobierno, asumiendo responsabilidades y compromisos que no le corresponden.

«No asumió su papel»

Señala que durante estos meses de pacto, se puso de relieve que existían dos maneras diferentes de entender la política y, a su juicio, David Cabrera no actuaba en consonancia con lo firmado en el acuerdo de gobierno. A partir de ahí se produjeron distintos desencuentros que motivaron su cese como vicepresidente del Cabildo y la retirada de las competencias que mantenía.

«No se puede convocar a la prensa sin informar al presidente, ni hablar en actos públicos estando o no el presidente, y alcanzando acuerdos en nombre del Cabildo», afirma Armas, que entiende que Cabrera no asumió su papel.

Incidencia de la inmigración

Sobre la incidencia de la llegada de inmigrantes en la vida de El Hierro, Armas estima que es «muy escasa» a nivel de la convivencia, pues la población no la incluye entre sus preocupaciones principales, «pero sí es verdad que impacta en los servicios, como los sanitarios y el transporte escolar». 

Señala que el número de menores inmigrantes es muy superior al que puede soportar la isla, «pero la vida en El Hierro de esas personas es muy tranquila, juegan al fútbol conjuntamente con los residentes, pasean por la ciudad, etc., pero es cierto que la isla no tiene infraestructuras para acoger a cuatrocientos menores».

Indica que a estos menores hay que integrarlos y elaborar un itinerario de salida laboral, algo que no es posible con un porcentaje tan alto. Apunta que lo ideal sería un número estable de personas con los que se pudiera llevar a cabo esos proyectos y que se pudieran integrar en la sociedad. La cifra ideal sería unos cuarenta o cincuenta, «pero con doscientos cincuenta o trescientos es imposible».