➤ «La violencia contra el personal sanitario está subiendo» ➤ «La precariedad afecta directamente a la calidad del servicio» ➤ «Faltan al menos 2.500 enfermeras para la próxima década»
Rita Mendoza, presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Las Palmas, alerta de que «la violencia contra las enfermeras y el personal sanitario está subiendo», especialmente en forma de agresiones verbales. Aunque no son casos mayoritarios, sí suponen una creciente preocupación para el colectivo. Mendoza afirma que «hay que hacer un ejercicio de contención social» y pide más formación a las profesionales para afrontar estas situaciones, que se agravan por un contexto social cada vez más tenso. Según explica, «vemos dos tipos de frustraciones: la de urgencias y la de quienes sufren las listas de espera».
La presidenta del colegio profesional describe cómo esta tensión afecta directamente a la salud mental de la población, lo que se traduce en más carga para los equipos de atención primaria y salud mental. Además, subraya que la feminización del colectivo es clara: «El 80% somos mujeres, aunque también hay hombres, que representan un 20%».
Déficit estructural y previsión insuficiente
«En los próximos diez años van a faltar al menos 2.500 enfermeras en Canarias», señala Mendoza. Esta estimación, basada en informes del propio colegio y del Ministerio de Sanidad, alerta sobre un sistema insuficiente para hacer frente al envejecimiento poblacional, el aumento de enfermedades crónicas y la creciente dependencia. «La atención profesionalizada solo puede garantizarse con planificación, y eso significa diseñar plantillas estables en función de las necesidades reales», afirma.
Este déficit no solo compromete la cobertura sanitaria, sino que impide realizar una atención anticipada, especialmente en el ámbito comunitario. «Necesitamos más enfermeras en los domicilios para evitar que la dependencia avance», explica, insistiendo en la necesidad de potenciar el trabajo proactivo.
Precariedad laboral: un problema de calidad
«Solo el 40% del personal de enfermería en Canarias tiene un empleo estable», denuncia Mendoza. El resto trabaja con contratos eventuales, interinidades que pueden durar desde meses hasta años. «La promesa de estabilización del empleo lleva desde 2023, pero solo se ha avanzado un 5%», detalla. Según sus datos, aún con la consolidación de unas 2.000 plazas previstas, apenas se alcanzaría un 60% de plantilla estable.
Esta inestabilidad, advierte, «tiene un impacto negativo en la calidad del servicio que se da al ciudadano». Y añade: «Nosotras no trabajamos con máquinas, trabajamos con personas».
Reconocimiento y especialización: necesidades urgentes
Mendoza defiende que «las enfermeras somos una fuerza vital clave», pero lamenta que el sistema sanitario todavía no lo reconozca plenamente. La falta de reconocimiento también se refleja en la formación especializada: «Solo se gradúan dos enfermeras especialistas en geriatría al año en toda Canarias», denuncia. Lo mismo ocurre con la red de salud mental, que necesita más profesionales para una atención preventiva eficaz.
Formación, fuga de talento y competencia internacional
«Noruega viene a fichar a nuestras enfermeras recién graduadas», cuenta Mendoza. Les ofrecen hasta 60.000 euros anuales, alojamiento y posibilidades de especialización, en condiciones que España no puede igualar. «Es un derroche de dinero público de primer orden», afirma, ya que estas profesionales se han formado íntegramente en centros financiados por el Estado.
Frente a este escenario, la presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Las Palmas concluye: «Cuidar de nosotras significa darnos estabilidad, formación continua y condiciones dignas para seguir cuidando a la población».