La jefa de ventas de Astican y presidenta de la Asociación de Reparadores Navales (ARN) de Las Palmas, Luisa Ramos, reivindica su fortaleza industrial y su ecosistema de talleres y servicios especializados.
La jefa de ventas de Astican y presidenta de la Asociación de Reparadores Navales (ARN) de Las Palmas, Luisa Ramos, reivindica la fortaleza industrial del Puerto de La Luz y su ecosistema de talleres y servicios especializados. Tras 38 años de trayectoria, sitúa a Las Palmas «a nivel de reparación naval» como «puntero y referente», subraya que «se paga bien» en los oficios técnicos del sector y, a la vez, alerta de un déficit grave de personal cualificado. «Tenemos un puerto maravilloso», resume.
Una trayectoria pionera, de la ingeniería al mando de proyectos
Ramos recuerda que comenzó en Astican tras estudiar ingeniería en la Universidad de Las Palmas y que su primer cometido fue asistente a jefe de buques hasta asumir la jefatura de proyectos: coordinar, desde tierra, intervenciones de mecánica, acero, hidráulica o electrónica «para que el trabajo salga en tiempo y en forma». Confirma además que fue la primera mujer en España en trabajar como jefa de buques, una figura que hoy sigue existiendo y en la que «hay más mujeres después de mí». «Yo he sido muy afortunada», añade, al reivindicar que se las evalúe «como personas» y no por género.
Calidad exigente y un puerto «cosmopolita»
«Tenemos un puerto maravilloso, una oportunidad de conocer gente de fuera, de ser cosmopolita», afirma. Atribuye el salto de calidad de los últimos años a una clientela cada vez más exigente y, en particular, a la presencia de plataformas petrolíferas, que «nos ha empujado» a subir el listón y consolidar a Las Palmas como plaza de referencia. «Si tienes un buen equipo, es relativamente fácil», concede, pero remarca la responsabilidad: «Eres el enlace con el cliente, el que decide si vuelve al Puerto de Las Palmas».
Plataformas y economía circular: del taller al taxi
Aunque el número exacto «varía» —«siete, ocho, por ahí»—, Ramos explica que no todas las plataformas que se ven están realizando trabajo y que muchas esperan contrato. Aun así, el impacto económico es transversal: «Mueve mucha economía». Relata que hay proyectos que «manejan 200, 300 personas de fuera» durante meses, con efectos en hoteles, restauración y transporte: «Me he subido a coger un taxi y me ha dicho el taxista cuándo llegaba tal plataforma, y es que vive, en parte, de eso».
Salarios y oficios: «Se paga bien»… si hay cualificación»
Ramos es tajante: «Claro que se paga bien». Rebate el tópico del salario plano: «Si cobras 1.500 euros es porque haces un trabajo básico». Con cualificación y horas extra «puedes ganar algo más respetando tus descansos». Reclama «darle valor» a oficios como soldadura, calderería, pintura o mecánica naval y llama a la juventud a mirar la Formación Profesional, incluida la FP Dual.
«No tenemos mano de obra cualificada»
El diagnóstico sobre recursos humanos es preocupante: «No tenemos mano de obra cualificada.». Atribuye la carencia a cambios sociales tras la pandemia y a expectativas laborales que desincentivan trabajos técnicos «que ensucian las manos». Mientras tanto, advierte, «estamos teniendo compañías de Lituania» cubriendo vacantes en Canarias «habiendo el paro que hay aquí». Por eso insiste en visibilizar el sector: «Trabajar en algo que solucione problemas para que exista un tráfico marítimo es apasionante».
Un clúster con sello propio: rolls-royce, astilleros y expansión
Ramos destaca el efecto «antes y después» del acuerdo con Rolls-Royce —del que se cumple una década— para operar una de sus cinco estaciones de hélices azimutales a nivel mundial: «Están viniendo barcos a hacer trabajo solamente porque está aquí Rolls-Royce». Subraya también la capilaridad del grupo empresarial —con astilleros en Santander y Panamá— y el impulso competitivo de la nueva gestión: «Está funcionando de maravilla».
Un mensaje a las nuevas generaciones
A la pregunta de si volvería a elegir el mismo camino, Ramos responde con el mismo entusiasmo con el que inició su carrera: «Esto es un lujazo». Y resume el atractivo del puerto como lugar de vida y trabajo: retos técnicos de alto nivel, equipos internacionales, salarios dignos y «respeto a los descansos». Su invitación final es clara: «Hay un nicho importante de oportunidades… no de 1.500 o 1.600 euros, estamos hablando de mucho más dinero, pero para la gente competente».